Revista Tendencias

Así no

Publicado el 14 diciembre 2015 por Claudia_paperblog

guy-bourdin

Fotografía de Guy Bourdin

Y así es como se perdió la fe en la raza humana. Conoces a personas interesantísimas, bellísimas por dentro, generosas, respetuosas, amables con todo el mundo, de esas que siempre están a tu lado cuando más lo necesitas, que te acompañan en los momentos más desgarradores de tu vida, personas que siempre te sonríen, te dan la mano, tienen palabras de ánimo para ti, te hacen reír… Y te fallan. Tal vez no a ti, pero sí a otra persona. Descubres que uno tiene novia en Colombia y mientras está aquí en Europa ya le ha puesto los cuernos tres veces en un mes. Te decía que habían acordado tener una relación abierta, cosa que todavía habrías visto normal y aceptado como válida en una relación a distancia, pero te estaba mintiendo. La novia seguía creyendo que la relación iba en serio.

Y luego está el otro, el que afirma con convicción que nunca podría serle infiel a la novia, que no entiende cómo hay gente que puede hacer eso, que eso es traicionar la confianza de la otra persona, que no concibe una relación abierta, con carta blanca, con derecho a hacer lo que quieras con quien quieras porque, según él (en la teoría), si amas a una persona, no necesitas a nadie más. Pero lo bueno es que este ya le ha puesto los cuernos a esa chica a la que tanto dice amar y ahora declara que los besos no son ser infiel, que una noche de borrachera se puede producir un desliz.

Y entonces te preguntas. Si estas personas que son tus amigos, que te quieren y te cuidan y por los que lo darías todo son capaces de hacerle eso a una mujer, a un ser amado, ¿de qué son capaces las otras personas? ¿Cómo voy a confiar yo ahora en nadie? ¿Cómo voy a abrirme? ¿Cómo voy a dejar que alguien vea mi interior, mi parte cariñosa? ¿Cómo voy a dejar o querer que alguien me cuide y me mime? Duele el sentir que no puedes, sentir que te van a hacer daño, lo quieras o no.

Ves toda esta falsedad, mentira, engaños, gente que se dice querer pero no, gente que sigue junta por compromiso o por comodidad, relaciones turbias, turbulentas, relaciones llenas de discusiones, de infelicidad, matrimonios en los que solo existe la monotonía, caras que ya ni se miran, ojos que solo ven una pantalla, conversaciones calladas en la mesa, egoísmo puro por todos lados, el propio interés, la poca empatía, el quiero y no puedo. Por eso veo innecesario entrar en una relación, porque no saldrá bien, solo te traerá problemas. Y de verdad que yo al menos he perdido la fe en la humanidad. Ya no espero encontrar a alguien que me cambie el mundo por completo. Ya lo haré yo.

Y así es como se perdió la fe en la raza humana. Conoces a personas interesantísimas, bellísimas por dentro, generosas, respetuosas, amables con todo el mundo, de esas que siempre están a tu lado cuando más lo necesitas, que te acompañan en los momentos más desgarradores de tu vida, personas que siempre te sonríen, te dan la mano, tienen palabras de ánimo para ti, te hacen reír… Y te fallan. Tal vez no a ti, pero sí a otra persona. Descubres que uno tiene novia en Colombia y mientras está aquí en Europa ya le ha puesto los cuernos tres veces en un mes. Te decía que habían acordado tener una relación abierta, cosa que todavía habrías visto normal y aceptado como válida en una relación a distancia, pero te estaba mintiendo. La novia seguía creyendo que la relación iba en serio.

Y luego está el otro, el que afirma con convicción que nunca podría serle infiel a la novia, que no entiende cómo hay gente que puede hacer eso, que eso es traicionar la confianza de la otra persona, que no concibe una relación abierta, con carta blanca, con derecho a hacer lo que quieras con quien quieras porque, según él (en la teoría), si amas a una persona, no necesitas a nadie más. Pero lo bueno es que este ya le ha puesto los cuernos a esa chica a la que tanto dice amar y ahora declara que los besos no son ser infiel, que una noche de borrachera se puede producir un desliz.

Y entonces te preguntas. Si estas personas que son tus amigos, que te quieren y te cuidan y por los que lo darías todo son capaces de hacerle eso a una mujer, a un ser amado, ¿de qué son capaces las otras personas? ¿Cómo voy a confiar yo ahora en nadie? ¿Cómo voy a abrirme? ¿Cómo voy a dejar que alguien vea mi interior, mi parte cariñosa? ¿Cómo voy a dejar o querer que alguien me cuide y me mime? Duele el sentir que no puedes, sentir que te van a hacer daño, lo quieras o no.

Ves toda esta falsedad, mentira, engaños, gente que se dice querer pero no, gente que sigue junta por compromiso o por comodidad, relaciones turbias, turbulentas, relaciones llenas de discusiones, de infelicidad, matrimonios en los que solo existe la monotonía, caras que ya ni se miran, ojos que solo ven una pantalla, conversaciones calladas en la mesa, egoísmo puro por todos lados, el propio interés, la poca empatía, el quiero y no puedo. Por eso veo innecesario entrar en una relación, porque no saldrá bien, solo te traerá problemas. Y de verdad que yo al menos he perdido la fe en la humanidad. Ya no espero encontrar a alguien que me cambie el mundo por completo. Ya lo haré yo.


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