¿Así que utilizas las bolsas de plástico para la basura?

El plástico, y especialmente las bolsas de plástico, representan una fuente contaminante de los mares impresionante. Tanto en el Atlántico, como en el mar Mediterráneo hay islas flotantes de plástico que ponen en peligro las especies marinas, pero que también son una amenaza para la salud de las personas por incorporarse en la cadena alimentaria. (Link 1) Desde que Italia prohibió el uso de las bolsas de plástico de un solo uso, en otros países también hay más y más gente que reclama leyes o regulaciones en este ámbito para obligar a los que no quieren ver la realidad.

Que el pequeño comercio esté en contra, lo entiendo. Que los fabricantes de plástico estén en contra, lo entiendo (España es el primer productor a nivel europeo). Pero tanto en la vida real, como en las discusiones en linea (El País, LinkedIn–> lo interesante está en los comentarios), siempre hay uno u otro consumidor que presenta el comentario basura. “Es que mucha gente utiliza las bolsas de plástico para los residuos en casa.”

No dudo que esto sea verdad, pero el comentario en sí dice mucho acerca de la sociedad y la resistencia de cada uno al cambio. Vamos con los números: cada español consume 238 bolsas de plástico de un solo uso al año. Eso son 4,5 bolsas de un solo uso por semana. Considerando que hay personas que rechazan habitualmente las bolsas, este número por persona se aumenta a unos 5-6 bolsas por semana. ¿Realmente quieres decirme que llenas 5-6 bolsas de plástico con residuos de tu casa cada semana (viviendo solo)? ¿O que tu familia (tu pareja, tu hijo y tu) llenáis 15-20 bolsas de plástico de basura cada semana?

Así que el motivo de este comentario no es la preocupación de quedarse sin bolsas para la basura, sino que se trata de una manera de apaciguar la consciencia. YO utilizo mis bolsas de plástico para la basura, por lo tanto YO no tengo culpa del plástico en el océano, y por lo tanto YO no tengo que cambiar nada. Y el cambio siempre asusta, especialmente cuando se muestra como un cambio impuesto desde fuera, que me obliga de cambar mi rutina (llevar una bolsa de tela o un carrito de compras).

Lo que hace falta por lo tanto no es necesariamente más información sobre el peligro de las bolsas de plástico de un solo uso. No conozco nadie que no haya visto imágenes de animales muriendo a causa de ingerir o quedarse atrapado en nuestros residuos. Lo que hace falta es la conexión entre MI comportamiento y el efecto que tiene sobre el entorno. Se reciclan tan solo 11% de las bolsas de plástico, así que la des-conexión todavía está tremendo.

Yo estoy muy a favor de una ley anti-bolsa de plástico (LINK olokuti). En este caso sí que es la vía más rápida para conseguir un cambio. Pero también creo que hace falta mostrar más el efecto de las bolsas vertidas al medio ambiente. Visitas guiadas a los vertederos de la ciudad quizás, o actividades de barrio dedicadas a recoger la basura en la playa / el parque / al lado del río. Aquí aprendí el refrán “Ojos que no ven – corazón que no siente”. Así que lo que hace falta no son las prohibiciones, sino abrir ojos.

¿Y si rechazarías todo el plástico de un solo uso en tu vida?

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Imagen: midway journey / flickr