Con la llegada del Photoshop, la fotografía tomó una dirección totalmente desligada de lo que era realmente el mundo del diseño y adentrándonos un poco más, incluso el periodismo. No todo ha sido para mal, obviamente; porque lo que es malo para unos es muy bueno y de gran ayuda para otros.
Los cambios de formas, de rostros, la corrección de lunares, de imperfecciones y hasta llegar a transformar toda la figura de una persona ha hecho que se pierda cierta identidad. Esto va más allá de la parte física, la parte social, lo que realmente afecta es la parte moral de un ser humano. No nos aceptamos como somos.
Sin embargo al mundo fotográfico esto parece no importarle, nos convierten en competidores los unos con los otros, comparándonos con personal del mundo de la farándula en donde en una fotografía ellos apareen sin ninguna imperfección y nosotros como personas de la vida cotidiana contamos con muchas cicatrices gracias a nuestras diarias batallas de supervivencia.
El mundo fotográfico solía ser el mundo del arte, donde fotografiar a una mujer podía convertirse en un premio. Aceptaba las imágenes improvisadas, los gestos espontáneos, la maravilla de la naturaleza y todas sus perfectas imperfecciones.
Ahora bien, el Photoshop si ha traído algo muy importante, se debe al gran aporte de color que le adiciona a una fotografía tradicional. Se puede apreciar cierto vivir en una imagen.
Su influencia en el periodismo por otra parte, se ha encargado de ensuciar y manchar a los fotógrafos que se dedican a esta profesión. Cada vez los periódicos y las revistar se tornan más amarillistas. Lo que hacen es exagerar los acontecimientos y transformar una noticia en una mentira.
Claro está que todo depende desde el punto de vista en que le veas, es solo una opinión de como la sociedad cambia a través de una fotografía, tanto hasta el punto de llegar a engañar por medio de esta.
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