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Atrapar a un fantasma

Publicado el 07 febrero 2012 por Carolus @n_maquiavelo
Cuando aún era joven, Sung Ting-po se encontró de noche con un fantasma en pleno camino.

Atrapar a un fantasma

Atrapar a un fantasma

- ¿Quién es usted? - preguntó. - Un fantasma, señor, ¿y usted? - Un fantasma como usted - mintió Sung. - ¿A dónde va usted? - A Wanshi. -¡Qué casualidad! Yo también. Y marcharon juntos durante varios kilometros. - Andar así lleva mucho tiempo y resulta muy fatigoso. ¿No será mejor cargamos por turno uno al otro? - sugirió el fantasma. - Muy buena idea - aprobó Sung. Para comenzar, el fantasma lo cargó durante un largo trecho. - Lo encuentro muy pesado - se asombró el fantasma -. ¿Es usted realmente un espectro? - Soy un espectro reciente - respondió Sung -. Por eso aún soy pesado. A su vez cargó al fantasma, que no pesaba absolutamente nada. Y así siguieron por el camino, cargando uno al otro por turno. - Como soy un nuevo aparecido - observó Sung-, aún no sé lo que más debemos temer como fantasmas. - Hay una sola cosa que tememos: que un hombre nos escupa.
Siguiendo el camino, llegaron a un arroyo. Sung invitó al fantasma a que lo atravesara primero. Así lo hizo, sin el menor ruido. En cambio, Sung atravesó la corriente con un gran alboroto de agua revuelta. - ¿Por qué hace tanto ruido? - preguntó el fantasma. - No hace mucho tiempo que he muerto - respondió Sung, con la intención de adormecer la vigilancia del fantasma. Por eso aún no tengo el hábito de caminar sobre el agua. Le ruego perdone mi torpeza.

Atrapar a un fantasma

Cordero

Cuando se aproximaron a la ciudad de Wanshi, Sung echó al fantasma sobre su espalda y lo mantuvo allí fuertemente agarrado. El fantasma se puso a gritar, suplicándole que lo dejara en el suelo. Sin inquietarse de esos gritos, Sung apuró el paso hacia la ciudad. Cuando dejó al fantasma en el suelo, ya había tomado la forma de un cordero. Después de escupido, para evitar que tomara otra forma, Sung se apresuró a venderlo. Y se fue, enriquecido en mil quinientas monedas.
En esa época, se comentó este hecho en los siguientes términos: "Sung Ting-po hizo algo inmejorable: “ganó mil quinientas monedas vendiendo un fantasma”. Fuente: Cuentos extraños, dinastías Wei y Tsin

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