Revista Expatriados

Austria vista desde fuera. Segunda parte

Por Spanierin

Sigamos con la lista de cosas curiosas que se puede encontrar uno al llegar por primera vez a Austria.

5.La puntualidad, los horarios y la hora. Austria vista desde fuera. Segunda parte

Los austriacos son, tal como se cree, muy puntuales. Ellos, sus trenes, las horas a las que se puede hacer tal o cual cosa o a las que se abren los comercios. También los hay que no cumplen esta regla y llegan tarde a todas partes, pero no son la mayoría.

Suele sorprender a todos los turistas (no sólo a mis visitantes, sino a los que yo misma veo en el trabajo) el horario de cierre de la mayoría de los comercios, a saber: a las 7 de la tarde. Y no hablemos de restaurantes: la mayor parte de las cocinas cierran a las 10.

Esto tiene mucho que ver con el hecho de que, en esta parte del mundo, amanece mucho más temprano que en países ubicados más al sur. Durante los meses de verano, por ejemplo, a las 6 de la mañana ya hace largo rato que ha amanecido.

Es decir, aquí la hora es la misma que la que tenemos en España (aunque mucha gente cree que no es así) pero las horas de sol varían: amanece antes y anochece también antes. Y se nota mucho más rápido cuándo se acerca el invierno o el verano precisamente por eso. Sin ir más lejos, hace una semana que cuando me levanto sigue siendo de noche y cuando llego a casa... también es de noche.

6.La temperatura.
Austria vista desde fuera. Segunda parte

¿Que en Austria sólo hace frío? Vale, sí, hay muchos meses en los que está oscuro, y llueve, y hace frío, y nieva incluso. Pero no siempre es así. Sin ir más lejos, hace dos semanas tuvimos un tiempo muy agradable, con temperaturas de hasta 35 grados. Así nos pasó, que no contábamos con ese tiempo y mis visitantes acabaron poniéndose malos e incluso yo me quemé por no haber pensado en la crema solar.

7.El carácter de la gente.
Austria vista desde fuera. Segunda parte

El que la gente del norte es más seca es algo que, a primera vista, creo que es cierto. Pero ello no significa que sean mala gente ni que sea imposible hacer amigos. Cuando un austriaco te conoce, lo primero que hace es darte la mano. Nada de dos besos ni cosas por el estilo. Sin embargo, cuando pasa el tiempo, también saben dar besos y abrazos y, aunque tal vez no sean tan cariñosos o pegajosos como somos los españoles, son igual de amables o incluso más que muchos de nosotros.

Un ejemplo: mis visitantes han conocido a mis suegros y se han entendido muy bien con ellos hablando en inglés. Y no sólo se han caído bien, sino que incluso mi suegro les ha dado abrazos cuando se despidieron, lo cual significa que ha llegado a cogerles cariño.

8.Cosas que un turista no espera (o sí) en Austria.

Aquí, al margen de todo lo descrito anteriormente, se me ocurren tres cosas:

  1. El que las audioguías que te explican los museos y atracciones principales suelen estar ya incluidas en el precio de la entrada. En toda una semana de visitas a infinidad de sitios, tan sólo hemos topado con un lugar en el que hemos tenido que pagar 2 euros por una audioguía, y ése ha sido el Obersalzberg.
  2. El que parezca que Heidi va a aparecer por cualquier esquina. No sé si será por los paisajes, por los trajes típicos o por qué, pero hay ciertas zonas en que uno parece estar metido dentro de un cuento.
  3. Las bolas de Mozart, un dulce típico de la zona que se puede encontrar en absolutamente todas partes. Imposible no verlo.
Austria vista desde fuera. Segunda parte

Y hasta aquí nuestra lista.

¿Alguno recuerda cosas curiosas de su primera visita a Austria o a cualquier otro lugar? Si es así, ¡le animo a compartirlas aquí!


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