Nos da pánico la deliberación política, la necesidad de llegar a acuerdos o de gestionar nuestros conflictos con los demás. Así que buscamos desesperadamente automatismos que nos libren de afrontar ese infierno interpersonal. El ciberfetichismo cumple esa función. No es el único mecanismo social que lo hace, claro, pero sí seguramente el más consensual en este momento.César Rendueles, 2013.