¿Por que con la llegada del frío, nos entumecemos, se nos olvidan los remordimientos veraniegos, y nos dejamos llevar por la gula, los postres y como no, por el chocolate caliente? No se si seré yo la única la que sufre de esos desayunos tardíos con ganas de una taza de chocolate, y esa mirada desafiante al exterior en la que resuena en mi cabeza, un Baby, it´s cold outside!!
Esa sensacion placentera, que como no podia ser de otra forma nos traslada a la infancia, donde los escesos de estas fechas parecian que no iban con nosotros. Esa sensacion que nos saca esa sonrisilla tonta, y con la que se hace practicamente imposible no empezar bien el dia.
Por todo ello… ¿como no le vamos a hacer una fiesta al chocolate?
Que rueden las tazas calientes, los bastones navideños, o las ramas de abeto poniendo color y textura a la mesa. Que no falten los renos dorados, los estampados a cuadros blancos y rojos, y que la luz de las velas le acompañe al calor, y al olor de la fiesta.
Coloca esos miniabetos a distinto nivel sobre la mesa, y sobre todo, no se te olvide disfrutar del momento, sin pensar en el verano.
¿Te apuntas?
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