Revista Sociedad

Bajada del Pino en Centelles (Barcelona)

Por Jmbigas @jmbigas
Centelles es un pueblo (pop. 7.360) de la provincia de Barcelona, en la comarca de Osona, en la Catalunya Interior, a poco más de 50km de la Ciudad Condal. La capital de la comarca es Vic (pop. 40.900), que saltó a la primera plana de los periódicos cuando, en 1972, cayeron allí más de 1.200 Millones de las antiguas pesetas en el Premio Gordo de la Lotería de Navidad. Los años siguientes vieron algunos otros premios de menor entidad, hasta que en 2005, el Sorteo Extraordinario de Navidad regó la ciudad (y sus alrededores) con hasta 510M€.

Bajada del Pino en Centelles (Barcelona)

Al fondo, el Portal Nou de Centelles (hoy, salón de plenos del
Ayuntamiento), frente al escenario de las montañas que rodean al pueblo.
(JMBigas, Enero 2012)


Bajada del Pino en Centelles (Barcelona)

Bajada del Pino en Centelles (Barcelona)

La Plaça Major (la plaza central del pueblo), junto a la Iglesia Parroquial.
Destaca la escultura de la banda de músicos y los domingos se
celebra aquí el mercado, que desborda hacia las calles adyacentes.
(JMBigas, Enero 2012)

Con motivo de ese pelotazo del 2005, recuerdo las tradicionales entrevistas a la puerta de la administración ganadora, donde un local respondió a la nerviosa periodista, nosotros es que no somos de celebrarlo. Todo un recital sobre cómo es la gente de esta comarca. Una idiosincrasia que quedó magistralmente retratada en la novela Laura a la ciutat dels sants (1931), escrita por Miquel Llor i Forquilla (1894-1966). En ella Laura, una guapa joven de Barcelona, se casa con el heredero de una masía de Comarquinal (el Vic literario de Llor, cuya madre había nacido en esa ciudad). Trasladada a vivir allí, Laura no consigue hacerse con un espacio propio y, bajo la creciente presión del entorno familiar y social de su marido, no tiene más remedio que terminar huyendo, de vuelta a la capital.  Tengo relaciones familiares con Centelles. Allí vive una prima hermana mía, y mi cuñado nació allí. En los años 70 estuvimos veraneando con mi familia en el pueblo, durante varias temporadas. Toda la zona que constituye la llamada Plana de Vic es una meseta situada a unos 500 metros sobre el nivel del mar, y el entorno es muy reputado por su clima sano. La Fiesta Mayor de Invierno empieza en Centelles ya en el día de San Esteban, el día después de la Navidad, cuando los vecinos van al bosque para escoger el pino que será ofrendado ese año.

Bajada del Pino en Centelles (Barcelona)

El Pino, colgando boca abajo sobre el altar mayor.
(JMBigas, Enero 2012)

Bajada del Pino en Centelles (Barcelona)

Dibujos alusivos al 300 Aniversario de la Iglesia Parroquial
de Santa Coloma en Centelles.
(JMBigas, Enero 2012)

Aunque nunca lo he visto en persona, el 30 de Diciembre (día de Santa Coloma) de cada año empieza la Festa del Pi (Fiesta del Pino). Se organiza una excursión matinal al bosque, para traer el pino elegido al pueblo (en una carreta tirada habitualmente por dos bueyes) y hasta la explanada frente a la Iglesia Parroquial de Santa Coloma. Como no podía ser de otra forma, la excursión incluye un desayuno a base de pan de payés y butifarras asadas entre las brasas de una hoguera, envueltas en papel empapado en vino. Y que no falten los porrones o botas de vino, por supuesto. Toda la procesión del pino desde el bosque hasta la iglesia va organizada por los llamados galejadors, que amenizan la marcha con miles de trabucazos, que llegan a resultar ensordecedores. Frente a la iglesia, se realiza un baile ritual, en que hasta el pino parece bailar. Luego se le introduce en la iglesia, y se cuelga encima del altar, presidiendo la nave principal de esta iglesia barroca, con el tronco hacia arriba y la copa hacia abajo. Se añaden algunas guarniciones al árbol (neules o barquillos y cinco cestas con manzanas), que colgarán del pino mientras esté en lo alto. Todo ello seguirá así hasta el Día de Reyes, la Epifanía. Se ignoran los orígenes de esta fiesta, aunque sin duda son ancestrales y de origen pagano, y muy probablemente ligados al solsticio de invierno, al renacimiento del día y a la fecundidad de la tierra. Como es habitual, las tradiciones son la respuesta a preguntas que ya hemos olvidado.
Bajada del Pino en Centelles (Barcelona)

Bajada del Pino en Centelles (Barcelona)

Terminada la misa de doce, empieza la ceremonia de bajar el pino.
(JMBigas, Enero 2012)

Este año tuve el placer de poder estar en Centelles la mañana del Día de Reyes, para asistir al final de la Festa del Pi. Antes de mediodía, multitud de vecinos se congregan en la Iglesia Parroquial, para asistir a la misa de doce. Muy probablemente, ningún otro festivo del año debe haber tal afluencia. Este año se celebra el 300 aniversario de la Iglesia Parroquial, por lo que los laterales de la nave principal estaban recubiertos con los dibujos alusivos al hecho, realizados por los niños y vecinos del pueblo.  Durante la misa, tuvo especial protagonismo la agrupación coral Veus de Tardor (Voces de Otoño), promovida por la Associació de Gent Gran de Centelles (Asociación de Mayores), que suple su limitada profesionalidad con un gran entusiasmo, bajo la dirección de Marta Mateu (mi sobrina, por cierto; espero que no os importe este toque de promoción familiar).
Bajada del Pino en Centelles (Barcelona)

Bajada del Pino en Centelles (Barcelona)

Cuando el árbol alcanza el suelo, la multitud lo despoja de todas
sus ramas, que serán amuletos de buena suerte.
(JMBigas, Enero 2012)

Terminada la misa, se retiraron los bancos para dejar paso al pino en su salida de la iglesia. Se fueron  soltando las diversas cuerdas que sostenían al árbol en su posición invertida. Mediante escaleras le fueron descargando de las diversas guarniciones, y las manzanas y demás se repartieron entre los asistentes. Lentamente, el pino se fue descolgando, hasta que llegó al suelo. En este momento, todos los vecinos se acercaron al árbol para intentar quebrar y conseguir llevarse una ramita a casa, que será un amuleto de buena suerte para todo el año. En pocos minutos, bajo esa auténtica marabunta, el árbol quedó prácticamente reducido al tronco y a sus ramas principales, desnudo de su pasado esplendor. Finalizada la ceremonia, creo que los restos del pino se convierten en leña, o se devuelven al bosque para quemar en un fuego ritual. Con este acto terminó la ofrenda del pino a Santa Coloma. JMBA 

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