Balance de las Navidades en familia 2016

Tener vacaciones escolares está genial porque los niños necesitan un descanso, una libertad de la rutina, un tiempo de hacer lo que les de un poco la gana. Pero las Navidades… revuelven un poco el body.

Me gustaría hacer esta reflexión “en voz alta” con todas vosotras, y que me contéis como vivís estos aspectos de la Navidad en vuestro mundo-familia.

Sin nieve parece que no hay Navidad ¿verdad?

Fuera rutinas durante la Navidad

Sí que es bueno dejar la rutina escolar, pero con tantas celebraciones se descojona destroza cualquier rutina de horario de dormir, comer… Ya os lo contaba tras las Navidades del año pasado, que llegó un momento en que echaba en falta la rutina de dormir pronto, comer a la hora, porque al final notaba a mis hijos un poco desubicados, algo alterados, y también cansados y agobiados de ir de aquí para allá.

El hecho de trasnochar al que no están acostumbrados, tanto en Nochebuena como en Nochevieja les descoloca varios días, pasar por varias casas, varios lugares, familia diferente… Al principio, (recuerdo que os hablo de mis hijos y de mi situación), les cuesta mostrarse como ellos son, hasta que se sienten cómodos en el lugar nuevo y con la familia que no acostumbran a ver tanto.

Nosotros hemos viajado en varias direcciones durante estas vacaciones para poder ver a toda la familia, y eso también nos agota a nosotros.

Regalos, regalos y más regalos

Papá Noel, los Reyes Magos, los preparativos, la ilusión, las mentiras…

¿Nos estamos pasando con tanta ilusión, magia y sobre todo regalos? Nosotros en concreto no, no estamos fomentando la locura navideña en base a regalos y a magia e ilusión. Creemos que son aún pequeños, sí, se enteran de lo que pasa, porque para eso están los amigos, el colegio, otros familiares, vecinos… que se encargan de preguntarles si han escrito cartas, si han elegido juguetes, si “han sido buenos”, si están preparados para la llegada de Papá Noel y los Reyes…

Nosotros les hablamos de regalos de Navidad, no les hablamos de Jesucristo ni de su nacimiento, ni de estrellas fugaces ni pesebres. Ponemos un árbol de Navidad y luces de colores y hablamos de ver a la familia, de pasarlo bien.

No ven la tele por lo que no ven anuncios y por lo tanto no saben cual es la última moda de trastos juguetes, no están tragándose publicidad desde noviembre, y por lo tanto no han tenido necesidad de escribir una carta eligiendo unas cosas y otras no. En el día a día vemos que es lo que más les gusta, con lo que más juegan, en lo que se fijan cuando están con sus amigos y sus juguetes, y vamos preguntándoles con qué les gustaría más o menos jugar, y así hemos elegido qué regalos comprarles. Porque sí, han recibido regalos, pero nosotros su papá y su mamá no hemos dicho en ningún momento que los haya traído Papa Noel, pero para eso están los vecinos, los abuelos y sus amigos.

“Pobres niños, no viven la ilusión de las Navidades” Pensaréis algun@s. Pues sí que viven la ilusión de la Navidad, cantan villancicos, cantan, bailan, disfrutan de la familia, reciben juguetes, comen turrón... pero no estamos 24h hablando de regalos de Reyes ni Papá Noel. (y mucho menos de carbón)

Coincide que en nuestra familia hay más gente que piensa así, incluso amistades también piensan igual, buscan el no mentir a los niños, pero sí quieren celebrar las tradiciones, sobre todo porque los niños lo traen a casa del cole, de la calle. Al final todos coincidimos en que nos dejamos llevar por lo que ellos nos dicen, por lo que ellos quieren y sienten.

Me gusta la regla de los 4 regalos de las que ya os hablé alguna vez, y siempre que pueda me ceñiré a ella.

Aperitivo, comida, cena… todo en uno

¿Cuántos kilos engordáis? Yo no creo que haya engordado mucho, pero me siento hinchada como una pelota. En estas fiestas nos reunimos para comidas o cenas con la familia, y muchas veces con los amigos para aperitivos, meriendas… vamos, que nos pasamos algunos días enlazando una comida con otra. La verdad es que aunque luego me noto hinchada, disfruto de juntarnos la familia, es lo que más me gusta de estas fiestas, que no hay excusa, que estamos todos.

Por los niños sí que me preocupa un poco más el desorden alimenticio de las fiestas, basado en comer a deshoras, comer más fuera de casa, más dulces a la vista… De hecho os diré que mi hijo está pidiendo galletas como un desesperado desde año nuevo, cosa que antes no hacía tanto. Otro año me echaré los cepillos de dientes al bolso, a ver si me acuerdo.

Y poco más, han sido unas Navidades divertidas, en las que hemos contado a todo el mundo que el 2017 será un gran año para nosotros porque ¡nos casamos!

Desmontando la Navidad, o lo que quedaba, el árbol de Navidad que ya se había hecho hueco en el salón y ahora me parece que queda el mueble vacío. #navidad #theend #enero #diadereyes #hermanos #brotherandsister #timelapse #framelapse #mumswithcameras #Motherhood #20mesessellevan

A video posted by Lydia (@lydia_padresenpanales) on Jan 6, 2017 at 8:24am PST

Menos mal que estas Navidades terminaron con 2 días de extra para descansar, recoger la “Navidad” y prepararnos para coger el lunes con energías y fuerzas para volver a madrugar.

¿Me contáis como son vuestras Navidades?