Bale

“Se le ve con ganas de tocar la pelota”. Esta relevante noticia fue facilitada por televisión española en la mañana del día cuatro de los corrientes, después de que el astro del deporte rey se trasladase al Reino Unido para entrenarse con su selección. Verdaderamente, me costaba conciliar el sueño sin tener la certeza de que el galés tenía apetencia por jugar al fútbol, después de que el Real Madrid desembolsase noventa y un millones de euros por hacerse con sus servicios. Tras este gasto, solo quedaba saber si el muchacho se sentía con verdaderos deseos de destapar el frasco de las esencias y deleitar el mundo con el arte de su estilo sobrenatural, algo que, lógicamente, me tenía hondamente preocupado.

Nadie vale esa cantidad de dinero. El fichaje de este hombre dejaría en el bolsillo de cada español dos euros y medio, con lo que se llenarían muchos estómagos con más ganas de pan que de pelota, y con lo que se gasta en la liga de las estrellas, muchos problemas sociales se verían solucionados. Pan y circo. No se han producido cambios sustanciales entre los políticos y el pueblo a lo largo de estos dos mil y pico años, con la diferencia de que la tecnología hace llegar el especáculo a más gente y más rápidamente. D. Florentino Pérez es inteligente y prevé la venta de cuarenta mil camisetas a noventa euros solo el primer año; en el fondo creo que al presidente le da lo mismo el resultado deportivo de la entidad que dirige, pero no el mediático. Ser segundo siendo noticia diaria, tiene más valor que vencer dentro de una discreción que resulta contraria a los intereses económicos del club blanco; la gente se preocupa de las ganas que tiene Bale de tocar el balón y el Sr. Pérez, con su estrella en todos los medios de comunicación, hace caja. Pan y circo.