“¿Qué se puede esperar de Ballack? Será un gran futbolista, pero como persona no digo nada. Estoy decepcionado. Jugamos tres años juntos en el Bayern Munich, por lo menos podría haber mandado saludos”.
Las palabras fueron de Martín Demichelis quién, durante el partido entre Alemania y Argentina del 3 de marzo en Munich, sufrió un rodillazo del líder germano que le provocó múltiples fracturas en la cara. “Me dijeron que estuve a punto de perder el ojo”, indicó en aquel momento el defensor argentino.
Dos meses después del incidente, el que sufrió la vehemencia de un rival fue el propio Michael Ballack. En Alemania, por estas horas, hay un nuevo enemigo: el germano-ghanés Kevin-Prince Boateng.
A los 37 minutos, durante la final de la FA Cup entre Portsmouth y Chelsea, un planchazo al tobillo derecho del alemán dejó una tristeza sentencia: desgarro total del ligamento interno y uno parcial del ligamento del tobillo derecho y chau Copa del Mundo.
“Naturalmente es un golpe muy duro cuando uno recibe un diagnóstico así a pocas semanas del Mundial, pero el fútbol es así y hay que seguir adelante”, apuntó el futbolista alemán.
Ballack se suma a ausencias como la de Ronaldinho, Adriano, Totti, Benzema, Riquelme, Van Nistelrooy, entre otros.
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