Debo confesar que lo compré porque me llamaba muchísimo la atención que se presentase así mismo como un aceite labial. Nunca había probado ese tipo de textura y además una siempre tiende a pensar que todo lo que sea aceite va a hidratar más que cualquier otra cosa.
Aunque aporta color, no es un labial y no debe usarse como tal. Me explico, puedes aplicarlo para dar un leve toque de volumen y color a los labios pero no esperes que te dure horas ni que la sensación sea la más cómoda del mundo.
Su olor es fabuloso, huele como a chuchería de fresa pero sin resultar recargado ni demasiado empalagoso. Igualmente también tiene un sabor fabuloso, lo que perjudica seriamente el ansia de comérnoslo y por tanto, su duración.
Aunque es un aceite, yo lo describiría más bien como un gloss muy denso, de esos que no sabes si te están poniendo miel en los labios. Deja una textura algo pringosa pero a mí personalmente no me resulta nada molesta.
En cuanto a la hidratación, creo que está bien para épocas en las que nuestros labios no sufren condiciones muy adversas, es decir, primavera/verano. En invierno nos tenemos que enfrentar al aire, el frío, y los aires acondicionados muy calientes de los lugares donde trabajamos o a donde vamos a tomar algo. Esto hace que la piel del labio se resienta muchísimo y éste producto no puede luchar contra eso. Simplemente se queda corto.
En general ni lo recomiendo ni lo dejo de recomendar, es un producto agradable, fácil de usar y que aporta un toque bonito en los labios, pero no es un tratamiento.
Si alguna vez termino este bote quizá pruebe con otro aroma ya que cada uno lleva uno distinto pues están hechos de distintas cosas.
Espero que os haya gustado el post, nos leemos pronto!
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