Revista Política

Bambi, canción triste de Wall Street

Publicado el 07 septiembre 2010 por Romanas

Pues, sí, señor, era un pobre y asustadizo Bambi que no tenía nada de acero, ya que apenas bastaron las llamadas telefónicas de su admirado Obama, de la Merkel y del presidente del Deustche Bank para que echara por los suelos toda una vida de acendrado socialismo y solamente tuvieron que decirle que iban a soltarle a Soros y otros perros asquerosos de las jugadas sucias de la Bolsa para que Zp tirara por la borda de un barco que le dijeron que se hundiría si no les obedecía, todo aquello en lo que había creído y defendido durante toda su puñetera vida.
Y, ahora, tiene que contemplar, asombrado, cómo Obama hace tranquilamente todo lo que le prohibió tajantamente que siguiera haciendo él, polticas keynesianas a toda marcha.
Es como para suicidarse pero de verdad, cortándose las venas en el baño, por ejemplo, no esa especie de suicidio político que hizo aquellos tristes días en los que nosotros escribíamos aquí: réquiem por Zapatero.
Ahora, todo el mundo se ríe de él, incluso alguno de esos reyezuelos de taifas que él mismo puso al frente de los territorios a los que extendía su jurisdicción. Ahora, ya no le respeta nadie ni siquiera en su propio partido porque ha perdido cualquier clase de fuerza moral si es que alguna vez la tuvo, porque aquello de irse de Irak fue una especie de travesura de niño de la que, luego, estuvo arrepintiéndose todo este tiempo hasta que ha podido pagar largamente aquella deuda repatriando inocentes cadáveres en Afganistán.
De modo que si continúa jugando la partida de naipes es porque no sabe cómo levantarse de la mesa sin hacer el peor de los ridículos pero ya no se atreve siquiera a ir donde los que eran los suyos celebran el comienzo del año revolucionario, colgando de sus cuellos los rojos pañuelos y alzando al cielo un puño cerrado no amenazador sino profundamente libertario.
Tiene que ser muy triste esconderse detrás de esas figuras tan torpes como los sucios líderes de la peor derecha de la historia, oír cómo ésta hace irrisión de él, cómo se burla en su propia cara lampiña de niño que quiso ser travieso y ha sido sólo un payaso lamentable del que todos se ríen.
¿Qué va a hacer este hombre, cuando dentro de muy poco, lo retiren, adónde irá, quién le recibirá en su casa?
Será muy triste ver cómo todas las puertas se le cierran, él no tendrá un Murdoch que le pague el oro y el moro por traicionar a su patria por todas las esquinas del mundo ni un Slim que le asegure la vida para siempre, porque él, José Luis Rodríguez Zapatero, que pudo ser un león, ha resultado ser un pobre y asustadizo Bambi.



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