Emilio Ibarra y la cúspide del BBVA recibían hasta hace unos días alabanzas sin límite por su trayectoria ejemplar, prudente dirección y expansión visionaria.
Descubiertas ahora sus irregularidades en Jersey, sus pensiones norteamericanas, y la compra de políticos latinoamericanos, Ibarra se ha convertido en un insolvente al que el PNV llama traidor por entregar el banco a unos maketos con base en Madrid que investigarán sus cuentas, y Dios sabe qué encontrarán.
Niega haber pagado a Eta, pero ya se verá qué fuerzas nacionalistas y estatales recibían sus favores.
De solteros, los bancos de Bilbao y Vizcaya rechazaban los negocios con capitales judíos y ponían mala cara a quienes no eran vascos de comunión diaria. Pero tuvieron que claudicar lentamente de tan patrióticas leyes de sangre e hidalguía; fueron modernizándose y, con las ayudas franquistas al gran capitalismo, absorbieron otros bancos españoles.
Casados luego para formar la familia BBV, tuvieron que aceptar recientemente que los controlara la A de Argentaria, quizás por haber hecho lo inconfesable que irá descubriéndose ahora.
Los temidos banqueros pueden aplastarnos y tienen un poder sobrehumano, pero también se hunden por sus flaquezas: para Ruiz Mateos los bancos eran el juego del Monopoly con dinero real, y el fatuo Mario Conde dilapidaba Banesto por salir en televisión bailando sevillanas.
Banqueros: Gente con una desmedida ambición que los incita a acertar y a tropezar muchas veces; aunque sus tropiezos los cobran ellos y sus tropiezos los pagamos nosotros.
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure