La primera exposición individual de Gustavo Diaz Sosa llega a Barcelona de la mano de la Galería Víctor Lope, una muestra que, aparte de la indudable calidad del artista, presenta ciertos datos de interés y análisis. Primero, la juventud del propio Gustavo, nacido en Sagua la Grande en 1983; por otro la historia tras esta villa cubana, cuna de artistas y hogar también del ya mítico vanguardista Wilfredo Lam; y el contenido, unas obras en técnica mixta e importante carga crítica en las que el artista incide en el análisis social y el comportamiento del grupo como engranaje motor. Títulos esperanzadores, como la serie “Gente Maravillosa”, destellos irónicos como en “Días de moscas y otros ingredientes poco dulces” o las cadenas humanas de “Como siervos aferrados a su agonía” componen un imaginario que se completa con su producción de dibujos (de ineludible vigor), sus esculturas (entre la figuración y la abstracción fantasmagórica) y sus, siempre interesantes, cuadernos, reunión de inquietudes y estudio de su propio potencial creativo.
“El golpe moral registrado”, título de esta exposición, se inauguró el pasado 25 de abril y permanecerá en la Galería Víctor Lope hasta el futuro 10 de junio.
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