Revista Cultura y Ocio

Basilippo

Por Legionixhispana

Torre del Cincho. El Arahal, Sevilla

Solitaria, pero desafiante; desolada, aunque orgullosa. Erguida y despuntando sobre el horizonte de la campiña sevillana, la vieja torre funeraria se resiste al paso de los siglos. Hace mucho que el límite de su necrópolis había dejado de marcar, hace mucho que la antigua ciudad de Basilippo habían dejado de citar.

Básicamente, son dos las fuentes antiguas donde aparece citada la mansio de Basilippo: una es en el Itinerario de Antonino (It, 410, 4) redactado entre los siglos II-III d.C. – existen discrepancias sobre el periodo exacto de su realización – y, la segunda, el Anónimo de Rávena (Rav. IV, 4) correspondiente a los siglos V-VI d.C. En ambos casos, Basilippo se menciona como la siguiente parada, justo a continuación de Hispalis, de la vía que, partiendo desde Gades, ascendía hacia el interior, pasando por Anticaria, hasta finalizar en la ciudad de Corduba. Esta calzada romana recorrería un total de 295 millas (436,90 Km actuales)

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Torre de los Alaranes, también conocida como la del Cincho. El Arahal, Sevilla.

Itinerario de Antonino. Item a Gadis Corduba: Ad Pontem (Puente de Zuazo. San Fernando, Cádiz) – Portu Gaditano (Puerto de Santa María, Cádiz) – Hasta (Mesa de Hasta, Jerez) – Ugia (Torre Alocaz. Utrera, Sevilla) – Orippo (Dos Hermamas, Sevilla) – Hispali (Sevilla) – Basilippo (Arahal) – Carula (Puebla de Cazalla, Sevilla) – Ilipa (Cortijo de Repla. Los Corrales, Sevilla) – Ostippo (Estepa, Sevilla) – Barba (Cortijo del Castillón, Antequera) – Anticaria (Antequera) – Angellas (Castil Anzul) – Ipagrum (Aguilar de la Frontera, Córdoba) – Ulia (Montemayor, Córdoba) – Corduba (Córdoba)

Por tanto, fue Basilippo la séptima mansio desde el inicio de la vía que hace referencia tanto el Itinerario Antonino, como el Anónimo de Rávena. Se deduce de ambos que formaría parte del conventus hispaliensis dada su proximidad con la capital jurídica de Hispalis. Además, y según los escasos estudios llevados a cabo sobre el entorno, mantendría una ocupación continuada hasta el Bajo Imperio, periodo de la Historia a partir del cual el enclave quedó despoblado. Sólo a partir de la ruralización de sus tierras, entrados en época medieval, es cuando vuelve a quedar habitada.

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Solitaria permanece la vieja torre de los Alaranes, en mitad de los campos de cultivo. El Arahal, Sevilla.

Pero, ¿qué se conoce de este asentamiento? ¿Existen claras evidencias que nos permitan determinar su origen? En el presente artículo intentaré describir cuál pudo ser la evolución de esta antigua ciudad.

El Cerro del Cincho, actualmente localizado dentro de las propiedades del Cortijo de Menguillán en el término municipal de Arahal, es, en realidad, una loma de mediano tamaño integrada por tres elevaciones que se sitúan al límite de la Campiña Sevillana (hacía frontera con la antigua Carmo) Sobre la superficie de la que fuera su altura principal se asentaron los primeros pobladores de esta zona andaluza en un momento indeterminado del Bronce Final. Este hecho vendrá a producirse en los procesos previos a la transformación orientalizante que sufriría el Sur Peninsular.

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Hornacina abovedad para la recogida de cenizas en el bustum. Torreo de los Alaranes. El Arahal, Sevilla.

Como ya comentábamos en el artículo dedicado a la Colonia de Conisturgis, en el periodo tartésico se llevará a cabo una expansión de dicha cultura bajo sucesivas remesas de desplazamiento sucesivas, lo que irá definiendo el nuevo mapa político de los asentamientos dispersos del Bronce Final. En un primer movimiento humano, la mayoría de ellos presentarán en común el prefijo ‘IPO’, el cual ha sido relacionado con el concepto protohistórico de ciudad. Estos serán los casos de Epora, Iponuba, Ipora, Ipsca, Ipolca, Ipocobulcula e Ituci.

Una segunda remesa, algo más contemporánea en el proceso de colonización, se caracterizará, entre otros elementos, por definir los nombres de los asentamientos con el sufijo de ciudad ‘IPO’. Aquí encontramos los casos de Sisapo, Dipo, Lacipaea, Ser(i)pa, Callipo-Cantipo, Olisippo y Collipo. Lógicamente, la ciudad de Basilippo debemos de encuadrarla en esta segunda expansión de la colonización tartésica.

Por otro lado, existen algunas hipótesis que relacionan el nombre de Bassilippo con una raíz muy común en las ciudades de la futura Baetica. Nos referimos al prefijo BAE que aparece con frecuencia en esta zona: Baetis, Baeturia, Baisippo, etc.

No queremos indicar con ello que todos los topónimos en ‘IPO’ del periodo Orientalizante deban de coincidir con los principales asentamientos tartésicos construidos en altura y bajo un carácter defensivo. El prefijo, en nuestro caso sufijo, vinculará el asentamiento protohistórico con el carácter urbano del Bajo Guadalquivir.

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Vista de la Torre de los Alaranes con hornacina para recogida de las cenizas del difunto. El Arahal, Sevilla.

El núcleo de raigambre tartesa dará paso a la cultura turdetana dentro del proceso de iberización en la zona, siendo la ocupación del Cerro del Cincho continuada hasta la llegada de Roma. Según los restos de cerámicas localizados en su entorno, entre los siglos IV-II a.C. parece que fuera el momento de mayor desarrollo en Basilippo. Indiscutiblemente, este espacio temporal coincidirá con la presencia bárcida en el sur peninsular.

La antigua vía que, desde sus orígenes, conectaba la costa con el valle del Guadalquivir, será aprovechada por el contingente púnico para sus desplazamientos de tropas y el control de las explotaciones mineras. En este sentido, los centros indígenas ubicados estratégicamente sobre el viejo camino, como es el caso de nuestra ciudad, bien por su carácter económico, bien por su papel político-militar, se beneficiarán de la presencia cartaginesa. Estos asentamientos nativos vivirán sus momentos de mayor desarrollo y crecimiento y, en el caso de Basilippo, con toda probabilidad se iniciará la ocupación del cerro más meridional confirmándose así su expansión en el período íbero.

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Torso de Amazona. Debió formar parte de la decoración escultórica de la torre funeraria ubicada en los pies del cerro del Cincho, localización de la antigua ciudad de Basilippo. 115-140 a.C., época adrianera. Museo Arqueológico de Sevilla.

La ausencia de toda cerámica correspondiente al periodo republicano deja entrever la escasa influencia que la cultura romana pudo aportar en los primeros tiempos de la conquista. O lo que es lo mismo, el componente indígena debió ostentar una enorme fuerza tras la derrota y expulsión de los cartagineses al inicio de las Segundas Guerras Púnicas. Claro ejemplo de ello es el nombre original del oppidum que perdurará a lo largo de toda la antigüedad.

Como ocurriera en buena parte de la Turdetania, Basilippo se habría constituido como ciudad estipendaria después de la conquista romana. A cambio de mantener su autonomía y control económico del territorio dependiente, se vería obligada a la subordinación romana y al pago de los tributos impuestos por esta ciudad.

Y así llegamos a la época del Imperio y a la municipalización genérica y extensiva del periodo Flavio. Se amplía la zona habitada en el tercer cerro y se constata la necrópolis que se extenderá por la ladera meridional hasta delimitar el final del asentamiento, sobreentendiendo la Torre del Cincho como marca de la misma.

En relación a la mencionada torre que aún podemos contemplar, única evidencia visible del antiguo asentamiento, los escasos estudios realizados nos hablan de un mausoleo turriforme con fosa sobre la que se colocaba la pira en la que se incineraba el cadáver (las cenizas eran recogidas en el bustum) Es sobre la fosa a partir de la cual se levantaría la torre funeraria, con claro objeto de custodiar las cenizas del difunto y perpetuar su recuerdo en la memoria colectiva.

Basilippo

Torre de los Alaranes, también conocida como la del Cincho. El Arahal, Sevilla.

La Torre del Cincho tendría forma de prisma rectangular, construida en su totalidad mediante opus caementicium y enfoscada laboriosamente. Se levantó a partir de cuatro cuerpos independientes, con un quinto a modo de remate. En el bloque inferior es donde se encuentra la hornacina abovedada, espacio utilizado como comunicador del bustum. Puede que en el último bloque, antes de la cubierta piramidal (es una hipótesis) hoy perdida, se colocaran estatuas de distinta índole.

Para finalizar, y volviendo a la ocupación de la ciudad de Basilippo, la práctica ausencia de material cerámico tardoantiguo recuperado sobre la superficie de los cerros, nos puede estar informando de su más que probable interrupción en periodos visigodos y califales, cuestión que afectará a toda la campiña sevillana y no volviendo a remitir bien entrada la Edad Media con motivo de la ruralización de estas tierras.

Bibliografía:

  • Anotaciones en torno a Basilippo. La Torre del Cincho (J.M. Rodríguez Hidalgo)
  • Oppida turdetanorum: Basilippo y el Cerro del Cincho (Francisco José García Fernández y Ruth Pliego Vázquez)
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