Basura en la ciudad

Urbanismo

La ciudad, la basura, la suciedad y su limpieza
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Basura de la ciudad, envases de metal para reciclar

Reciclar hoy es un asunto de interés y prioridad.

Reciclando se neutralizan "resultados incómodos" de la producción económica, como lo es la basura y la suciedad. Pero, hay que tener conciencia sobre la función del reciclado como recurso de solución a problemas, como los causados por la basura. En buena medida se puede asumir que reciclar es una acción paliativa, no debería estimular mayor producción de bienes. Hay un problema no resuelto en el exceso de consumo, la educación bien puede enfocar ese asunto y ayudar a resolverlo.
 Claro es que hay quienes pueden argumentar muy racionalmente el valor del reciclado por aportar nuevamente materias primas al ciclo productivo. En tal sentido, según tal lógica, habría que estimular el uso del reciclado de materiales, pero se estaría estimulando el consumo al mismo tiempo, ya que es imprescindible para aportar materiales al trabajo creado de reciclar. El exceso de consumo, aunque resuelva efectivamente y para siempre el problema de la basura, puede afectar directamente al ser humano y a los animales domésticos, desde su interior enfermándole.
 Urbanísticamente, no es inteligente estimular el consumo, y entiéndase esto como estimular para avanzar con el consumo por desarrollar así la economía. Se puede oponer un argumento sobre un fenómeno y es que si no hay consumo no hay producción y no hay círculo virtuoso de la economía de un lugar, región o país. Por el otro lado, estimulamos el consumo, la producción y el desarrollo económico pero también ensuciamos, contaminamos y enfermamos a personas y animales.

Este asunto, el del consumo, es uno de los más importantes para resolver en el siglo veintiuno. La educación basada en el conocimiento actualizado puede ayudar a corregir despropósitos del vivir, como sería el vivir para consumir, algo que hoy le ocurre a muchas personas y más en la vida urbana.
Si ayudamos a que las personas vivan para disfrutar de la vida, en parte consumiendo y en parte oponiéndose a consumir, lograremos un buen avance, sobre todo en las ciudades. Porque las ciudades pagan caro el consumo y su exceso, es costoso remover basura y suciedad.
La basura y la suciedad, no está demás recordarlo, degradan la calidad de vida en la ciudad. Comer es saludable, hacer ayunos eventualmente también lo es. Dar algo es gratificante, pero también lo es acompañar simplemente a alguien y hasta en silencio. Llenar una casa de objetos puede quedar bien, sin embargo hay casas Minimalistas que parecen cajas vacías y sin embargo en ellas está lo más esencial para vivir.

El consumo puede ser de bienes y servicios y en ambos casos se producen desechos y hasta muy contaminantes.
Es necesario analizar los procesos de la actividad económica y detectar los desechos que se generan, con el tipo y grado de compromiso, especificados, para nuestra calidad de vida. La ciudad hoy  está comprometida, ahora es obligada a crecer para albergar a la gente que acude a ella a vivir. En todo el mundo esto es así, una tendencia que ultimamente además se acelera. Por ello, para atender tales fenómenos, la ciudad debe funcionar de un modo más complejo y para ello hace falta conciencia, ciencia y tecnología. Los servicios educativos de la ciudad deben ayudar retroalimentando a la población con valiosa información.
La educación es una herramienta muy útil para producir menos basura, ensuciar menos los ámbitos de la ciudad y también actuar con su voto frente a las autoridades, que deben estar realmente controladas en sus funciones.

Basurero público