Revista Opinión

Batuecas: La ermita secreta

Publicado el 09 septiembre 2014 por Youssef
Batuecas: La ermita secretaAntes los maestros de escuela solían reprendernos en nuestros despistes o ensimismamientos diciéndonos aquello de "fulano, parece que estás en Las Batuecas". Ignoro si en la actualidad los docentes aplican tal sentencia al alumnado; pero me temo que la expresión se está perdiendo."Estar en Las Batuecas" tiene historia, como señalan en "Hispanoteca":Localización: Sureste de Salamanca.Superficie: 32.300 Ha.Relieve: Bajo la protección de los enérgicos relieves de la Peña de Francia se suceden unos profundos y aislados valles en los que afloran los materiales típicos.Vegetación:Verdadero Jardín Botánico en el que están representadas todas las especies del mundo mediterraneo.Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, estar en Las Batuecas es estar distraído y ajeno a aquello de que se trata: es decir, absorto y embelesado. Son sensaciones que siguen sintiendo los visitantes de este valle secreto, protegido por escarpadas montañas y en el que se localiza un bello bosque de carácter mediterráneo. Un lugar donde han encontrado refugio algunas interesantes especies de la fauna ibérica.En el siglo XVI fue el lugar elegido por eremitas y monjes y aún hoy el monasterio, situado entre esbeltísimos cipreses al fondo del valle, continúa habitado por Carmelitas descalzos entregados a la vida contemplativa y las muchas ermitas diseminadas por todo el valle, muchas de ellas derruídas, dan fe de esta vida de retiro y espiritualidad que llevaban los frailes.A principios de los años setenta el valle fue declarado Reserva Nacional de Caza, aunque para entonces ya había desaparecido el lobo, cuyo último ejemplar fue abatido en mil novecientos cincuenta y nueve.Para visitar el valle nada mejor que bajar el puerto parándose de vez en cuando para observar la majestuosidad del paisaje hasta llegar a la parte de abajo donde nos encontraremos con un letrero que dice "Monasterio". Desde allí sale un pequeño camino junto al río que nos llevará al convento carmelita que podremos visitar para después continuar siguiendo el curso del río hasta donde las fuerzas nos aguanten.Desde allí abajo podremos contemplar las paredes casi verticales que rodean al valle y posiblemente comprender el significado de la expresión "estar en las Batuecas" como sinónimo de "embobamiento" que es como las personas se quedan al contemplar esta maravilla natural.
Por tanto, cuando el alumno estaba ensimismado, abstraído, ajeno al presente que podía ser más o menos aburrido, la llamada de atención aludiendo al enclave geográfico de Las Batuecas estaba más que indicado.
Hoy por hoy seguimos en las mismas: ensimismado en la presencia de la Divinidad y siempre en el espacio geográfico aludido. 
Creo que nunca he salido de Las Batuecas, ahí me he quedado sin ver pasar el tiempo, puesto que el tiempo es una ficción de nuestra mente.
En este singular lugar existe una ermita secreta. No me refiero a la de los padres Carmelitas, poseedores de un convento que incluso dispone de una sencilla hospedería. No. La ermita que digo está oculta en el monte, desconocida para turistas e incluso para exploradores existenciales. Es una ermita desde donde se pueden contemplar las más espectaculares panorámicas del valle, está en lo alto; pero a la vez está muy baja. Es una ermita única, casi invisible. Sólo aparece cuando el buscador tiene el alma preparada para el encuentro.¿De qué encuentro me hablas? Oh sí, este encuentro se saborea en el abandono absoluto, sin pasado, sin presente, sin futuro. Dejar que la Divinidad tome la iniciativa y haga lo que tenga que hacer. Y recitaré con el salmista: “Huiré lejos, y moraré en el desierto” (Sal. 54,8).
Las Batuecas son el desierto, la paz, la unión. En la ermita secreta estamos Él y yo, y cuando abandono la sensaciones y las percepciones, solo queda Él.

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