Tenemos que reconocerlo: bebemos los vientos por Zach Condon. El joven superdotado musical (con 9 años ya componía y sabía tocar cuatro instrumentos) ha creado un monstruo llamado Beirut que con cada entrega, ya sea en formato EP o en LP, se come a todos los que hay a su alrededor. Y es que no se conoce un disco malo del chico de Nuevo México y por eso la espera se estaba haciendo larga.
Después de cuatro años de aquel flamante The Flaying Club Cup, que dos años después le siguió el doble EP March of the Zapotec and Realpeople Holland, es ahora cuando Beirut publica su tercer largo de estudio bajo el nombre de The Rip Tide.
Hablar de la madurez de Zach Condon es complicado con un personaje de sus características pero lo que sí se aprecia en este The Rip Tide es un pequeño cambio de registro, llamémosle evolución o experimentación, que va más allá de sus trabajos anteriores, siempre respetando el pop folk balcánico, seña de identidad de Beirut. La sensación después de escucharlo es que es un disco más completo y redondo, no tan inmediato que sus predecesores pero que con cada escucha va ganando enteros igual que los vinos ganan con el paso de los años.
El regreso de Beirut se esperaba con ansia y The Rip Tide, uno de los discos más esperados de 2011, no ha defraudado. Larga vida a Zach.
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