Benedicto XVI ha recibido hoy al cuerpo diplomático acreditado en el Vaticano. En años anteriores, en este mismo acto, el discurso ha recorrido temas genéricos, más o menos sencillos, como la paz mundial, la ecología, las relaciones internacionales, etc.
Hoy ha ido directamente al grano, y ha tratado monográficamente de la libertad religiosa. Y por tanto -a pesar de ser asunto universalmente aceptado en teoría- de su ausencia o de su maltratato en unos y otros lugares, sin dejar en el tintero palabras claras acerca de la hostilidad y la discriminación anticristiana y anticatólica que se observa no sólo en Oriente sino también en Occidente.
El texto completo de la traducción española puede leerse aquí. Unos puntos de interés:
"Reconocer la libertad religiosa significa, además, garantizar que las comunidades religiosas puedan trabajar libremente en la sociedad, con iniciativas en el ámbito social, caritativo o educativo. (...) Es preocupante que este servicio que las comunidades religiosas ofrecen a toda la sociedad, en particular mediante la educación de las jóvenes generaciones, sea puesto en peligro u obstaculizado por proyectos de ley que amenazan con crear una especie de monopolio estatal en materia escolástica, como se puede constatar por ejemplo en algunos países de América Latina.
"Mientras muchos de ellos celebran el segundo centenario de su independencia, ocasión propicia para recordar la contribución de la Iglesia católica en la formación de la identidad nacional, exhorto a todos los Gobiernos a promover sistemas educativos que respeten el derecho primordial de las familias a decidir la educación de sus hijos, inspirándose en el principio de subsidiariedad, esencial para organizar una sociedad justa".
"Continuando mi reflexión, no puedo dejar de mencionar otra amenaza a la libertad religiosa de las familias en algunos países europeos, allí donde se ha impuesto la participación a cursos de educación sexual o cívica que transmiten una concepción de la persona y de la vida pretendidamente neutra, pero que en realidad reflejan una antropología contraria a la fe y a la justa razón".
En ámbitos anglosajones este discurso ha sido observado con detenimiento, lo mismo que en la prensa italiana. Por ejemplo, estos son los titulares del Corriere y de Repubblica, que han ocupado el encabezamiento de la edición digital durante buena parte del día de hoy:
No tengo noticia de las reacciones en medios españoles. Quizá alguno ha optado por no darse por enterado, pensando quizá (q.e.d.) que estos asuntos no interesan a los ciudadanos o no forman parte del ámbito público.
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