Las nanas tienen un efecto calmante y tranquilizante para nuestros hijos. De un modo casi instintivo las madres solemos coger a nuestro bebé en brazos y cantarle una nana cuando éste llora o para que duerma plácidamente.
Pienso sinceramente que prácticamente todas las madres lo habremos hecho en algún momento u otro, algunas incluso habremos empezado a cantar a nuestros hijos cuando aun estaban en nuestro útero, y es que acunarles mientras les cantamos tiene algo casi mágico.
Las nanas, como ya habremos tenido la ocasión de comprobar, tienen un efecto calmante y tranquilizante sobre nuestros pequeños por sus ritmos suaves, acompasados y repetitivos similares a los latidos de nuestro corazón.
Cuando les cantamos una nana o canción de cuna a nuestro pequeño mientras lo arropamos entre nuestros brazos, cualquier cosa que le estuviera perturbando va a ir desapareciendo como por arte de magia, y a la vez que se calma y se tranquiliza estamos fortaleciendo nuestro vínculo afectivo con él. A nuestro bebé no le preocupa que desentonemos o que nuestra voz no sea la más bonita del mundo. A nuestro hijo le encanta nuestra voz sea como sea, así que no tengamos miedo ni vergüenza de cantarle aunque no sepamos ninguna canción de cuna, basta solo con dejarnos llevar y tatarear con un ritmo suave, dulce y melódico a la vez que le acunamos o mecemos mientras cantamos. Las nanas no solo nos sirven para tranquilizar y dormir a nuestros hijos, las podemos utilizar durante el día con una finalidad bien distinta, para estimularles y favorecer su desarrollo. Es bien conocido y avalado por múltiples estudios que la música favorece el funcionamiento del cerebro del bebé y ayudándole a aprender nuevas habilidades motoras, sociales y académicas, por eso es tan beneficioso cantarle a nuestro bebé o poderle música suave.
¿Hasta cuándo debemos cantarles una nana a nuestros hijos?
Cuando tu bebé crezca y ya sea un niño de tres, cuatro o cinco años, es posible que aun te siga pidiendo que le cantes para relajarse para dormir o cuando se sienta mal por un resfriado o le duela la tripita.
No temas en hacerlo, no pienses que te está tomando el pelo o teniendo una actitud demasiado inmadura o alguna regresión, todo lo contrario tu hijo solo pide sentirte más cercana y que le aportes la seguridad que puede haber perdido debido a una enfermedad.
Eso sí, cántale si tienes humor para ello, no lo hagas si estás de malhumor o triste ya que los bebés y los niños captan enseguida los estados de ánimo y las emociones. Si tu estado anímico no es el adecuado es preferible no cantarle o que lo haga otra persona en tu lugar.
Beneficios de las nanas en bebés y niños.
En resumen, cantarle nanas a nuestro hijo tenga la edad que tenga y sea la hora que sea es beneficioso e importante porqué las nanas o canciones de cuna:
- tienen un efecto calmante y tranquilizante porqué ayudan a sincronizar su respiración, relentizar el ritmo cardiaco y disminuir la tensión muscular;
- les ayuda a sentirse mejor cuando están enfermos o tienen cólicos;
- facilitan que concilien el sueño más rápidamente;
- refuerzan los vínculos afectivos;
- favorecen la estimulación acústica, rítmica y el aprendizaje de nuevas palabras,
- perfeccionan su sentido del oído y despiertan su inteligencia.
En definitiva y teniendo en cuenta todos los puntos positivos que hemos destacado en este artículo, cantarle a nuestro hijo es una actividad beneficiosa tanto para él como para la persona que le canta. Así que sigamos haciéndolo con toda normalidad y naturalidad sin miedo a creer que lo estamos malcriando o malacostumbrando porqué en realidad lo que estamos haciendo es fortalecer nuestros vínculos afectivos y estimular su desarrollo cognitivo.
Este artículo fue escrito y publicado por Mi Mamá es Psicóloga Infantil para el blog de babyradio Foto cortesía de http://www.freedigitalphotos.net/