Revista Arte

Bernardí Roig: Der Italiener

Por Bill Jimenez @billjimenez

bernardi roig - der italiener (la instalacion)Der Italiener” es una exposición notable en muchos sentidos. Primero, por pertenecer a uno de los artistas más internacionales que tenemos en la actualidad (de esos que se limitan a trabajar y hacer méritos sin armar mucho ruido) y segundo, por las reflexiones personales, sociales y teóricas que contienen las obras presentadas.

Bernardí Roig (Palma de Mallorca, 1965) levaba seis años sin exponer individualmente en Madrid y, puede decirse que, con “Der Italiener”, ha compensado con creces a sus seguidores. La muestra está constituida por una producción inédita que incluye esculturas, textos, dibujos y videos, y que, a partir del relato corto “Der Italiener” de Thomas Bernhard, datado de 1963 (y la posterior versión cinematográfica de Ferry Radax, tan experimental como poco conocida) reflexiona, entre otros muchos temas, sobre la representación, el desencuentro, la amputación de la memoria, el exceso de luz, la incomunicación, lo intraducible y la angustia de las influencias.

bernardí roig - oficiales polacos en el claro del bosque

Y puede decirse que trabajar a partir del cine y la literatura no es algo extraño para un artista influenciado narrativamente por ambos, capaz de manipular el film de Radax en su beneficio, reduciéndolo a la mitad de su metraje y sustituyendo parte de sus subtítulos (sin tener ni idea de alemán) por líneas de su propia cosecha, extraídas de su libro “Binissalem”, que publicó el Kunstmuseum de Bonn con motivo de su exposición “The Light-exercises series” en 2006. Así, Roig nos habla de las problemáticas inherentes a la traducción más allá de la lengua o el soporte.

bernardi roig
La Galería Max Estrella acoge sus inquietudes hasta el 23 de julio, abriendo su espacio a una realidad donde la iluminación es un protagonista más, donde podemos encontrar a un buey esculpido en resina de poliéster colgado del techo, sus entrañas expuestas y liberando decenas de fluorescentes; las facciones de los oficiales polacos en el claro del bosque, que refieren directamente a “Der Italiener”; o el vídeo reconstruido junto a una serie de 7 dibujos y una pila de libros. Imágenes poderosas que, como comentan desde la propia galería, giran en torno a dos cuestiones fundamentales: “cómo confrontarse con los repertorios iconográficos heredados y como crear, todavía, una imagen persistente en un mundo rebosante de imágenes”.

Nada fácil, la verdad.


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