Betsabé leyendo o El cuadro de Rembrandt- Sofía París

Buenassssssssssss!!

Por fin volvemos con una reseña! Hoy os quiero hablar de un libro que me descargué de forma gratuita desde Amazon en el mes de mayo, en ese momento se llamaba Betsabé leyendo, pero si lo buscáis con este título no lo váis a encontrar, ahora se llama: El cuadro de Rembrandt.

Los motivos para el cambio de nombre no los sé, supongo que el segundo llama más la atención que el primero pero es algo a lo que debería responder su autora, a mí me volvió un poquito loca cuando quise escribir la reseña y no lo encontré, luego de forma casual la semana pasada leí el título y al entrar reconocí el libro :)

SINOPSIS

Amador y Esperanza, una pareja de recién casados, alquila un piso en la calle Camelias de Málaga. A los pocos días el casero les regala un cuadro titulado "Betsabé leyendo" para que adornen el comedor con él. Y aunque el cuadro no tiene firma, el casero les dice que lo pintó el propio Rembrandt, algo que la pareja no se cree. 
Durante los primeros días el matrimonio se percata de la presencia del cuadro. Hay algo en ese cuadro que les obligaba a fijarse constantemente en él. 

En el mismo bloque donde viven Amador y Esperanza hay un extraño vecino, que es legionario en Málaga. Una noche Amador se entera de que huye de la justicia a causa de un crimen que cometió hace años, cuando el legionario mató a un capitán del ejército cuando éste se enteró de que él y su mujer eran amantes. Un implacable policía sigue la pista al legionario y se entera de que éste cada año visita la tumba del capitán para ponerle flores, por lo que decide tenderle una trampa. 

Y en unas semanas, toda la vida del matrimonio, del legionario y del policía comienza a relacionarse con el misterioso cuadro de Rembrandt.... 

MIS IMPRESIONES

El cuadro de Rembrandt es un libro de no más de 200 páginas dividido en 40 capítulos, como podéis imaginar cada capítulo es bastante cortito y eso unido a que no es muy largo nos llevan a tenerlo leído en un par de días como mucho, a veces los capítulos demasiado largos hacen que no sigamos leyendo por no tener que parar a medias, en cambio cuando son muy cortos acabas pensando: "bueno, uno más y lo dejo..." y así sin darte cuenta lo terminas en un suspiro.

La novela está narrada en tercera persona por un narrador omnisciente y va alternando dos historias: la de Rembrandt y la de la familia Aponte: Amador y Esperanza.

Las dos historias son bastante interesantes, por un lado nos encontramos con la cotidianidad del pintor holandés, su afición por los objetos extraños que iba almacenando en su casa y cómo llegó a sus manos el más extraño de los objetos: una moneda de origen sorprendente y con asombrosas propiedades; por otro lado, el matrimonio formado por Amador y Esperanza, con los que vivimos sus problemas econónomicos, el nacimiento de su único hijo: Julio, las relaciones que establecen y los cambios que se operan en ellos a lo largo de los años sobretodo por el comportamiento de su hijo, llevándolos a tener que romper con todo: amistades, familia y lugar de residencia.

Betsabé en el baño

La historia del pintor se mezcla con la del cuadro que preside la vida de los Aponte, es el lazo que une pasado y presente, también la extraña moneda juega un papel importante en la vida de nuestros personajes.
Pero, otra historia va ganando protagonismo a medida que avanzamos, se trata de la del legionario Naiquen, un hombre que arrastra un terrible pasado que condiciona su presente y que le llevará a pagar por lo que hizo aunque ya llevara tiempo haciéndolo.

La verdad es que si nos leemos la sinopsis vemos que ésta desvela ya muchos detalles, eso me parece que chafa un poco el efecto sorpresa del libro y además, da una idea un poco equivocada sobre el género del libro ya que no estamos antes una novela policíaca y sí que es verdad que todo lo preside el cuadro pero no de forma tan exagerada como se pretende en el resumen, en fin, mejor no hacerle mucho caso a la sinopsis que encontramos al comprar el libro.

A pesar de no ser una novela larga, muchos personajes se dan cita en ella y estos están bastante bien perfilados, tanto los personajes principales como los secundarios. Conocemos bastante bien los sentimientos y motivaciones de todos ellos, lo que les guía y que buscan con cada acción, por el que menos afinidad he sentido es por Julio, es alguien que lo tiene todo, que nunca ha tenido que luchar por nada y -quizá por eso- no valora lo que tiene y adopta conductas autodestructivas que llevan al borde del precipicio su vida y la de aquellos que le rodean y el que más cariño me ha despertado es el abuelo Evaristo, que una vez enviuda se va a vivir a Viella, a la Vall d'Aran, un paraje maravilloso donde pensándo bien también a mí me encantaría vivir -un tiempo- en "soledad". 

La acción transcurre en dos momentos temporales, por un lado tenemos unos momentos muy concretos de la vida de Rembrandt, que situamos en el siglo XVII y por otro lado, empezamos con el matrimonio de Amador y Esperanza en 1965 y seguimos hasta la actualidad, viendo como transcurren los años y cambian uno al lado del otro.
La ambientación no es algo a destacar especialmente ya que la acción podría transcurrir donde pasa o en cualquier otro sitio, no hay una contextualización remarcable y después de venir de varias novelas donde sí destaca (La leyenda del ladrón, Los colores de una vida gris...) lo he echado un poco de menos.
La autora utiliza un lenguaje directo, senzillo y de fácil lectura, no se pierde en descripciones innecesarias y todo ello lo combina con diálogos breves.
No es un libro que nos vaya a ocupar mucho tiempo, lo podemos combinar perfectamente con la lectura de otros y aunque sea interesante, no es de esos que nos mantiene totalmente enganchados a sus páginas, esto no quiere decir que sea un mal libro, todo lo contrario porque me ha gustado pero sin sentir esa necesidad imperiosa de tener que terminarlo cuanto antes mejor. 

Una vez leído, lo que creo que perdurará en mi memoria es el recuerdo de la entrega de los Aponte al cuidado de su hijo, como anteponen todo a su bienestar y como Sofía París consigue terminar la novela enlanzando todos los elementos que aparecían como dispersos, convirtiéndose en algo redondo, sin cabos sueltos. 

Lo que menos me ha gustado de la novela es la rocambolesca manera en la que la moneda llega a Julio (no os quiero contar a que me refiero exactamente para no destriparos una parte importante del libro), me ha parecido algo bastante forzado y desde cierto momento hasta predecible, lo que te preguntabas era cómo ocurriría exactamente.

Para finalizar decir que ha sido una lectura que me ha sorprendido bastante, al no conocer ni a la autora ni haber leído nada sobre el libro por Internet (si buscáis veréis que casi no hay nada) no esperaba mucho, en cambio he encontrado un libro entretenido, sorprendente en muchos aspectos y no tan simple como me pareció cuando lo empecé. 

El cuadro que daba título a la novela en primera instancia (Betsabé leyendo) sería -en caso de existir- otro más de los que dedicó Rembrandt a Hendrickje Stoffels, una mujer que empezó como sirvienta, llegando a convertirse luego en compañera, modelo y madre de su hija: Cornelia. 

Es interesante ver como Sofía Paris ha escrito una novela alrededor de un cuadro que podría haber sido, un objeto que podría haber tenido el pintor y que podría haber permanecido oculto a lo largo de los años, apareciendo en el momento y lugar donde se lo necesitaba.

Después de buscar en Internet he encontrado poca información sobre la autora, su twitter (@Sofia_Paris70) y que existe una segunda novela -más bien un relato- cuya longitud es la mitad de este libro (unas 91 páginas) y que me ha parecido interesante y curioso, imagino que en un futuro lo acabaré leyendo.