Volvió a su casa. Porque es su casa. Más allá de todo lo que le ha dado a Vélez. Por algo eligió volver. Es el técnico más querido de toda la historia. Por los títulos, y porque además es un personaje notable. A ninguno de los cuatro mil hinchas que coparon el sector L de La Bombonera le importó que el contrato que percibe es uno de los mejores de Argentina.
Hoy, el hincha de Boca está viviendo un momento de felicidad pleno. Porque no hay competencia, y porque sólo se dedica a disfrutar. Al verlo a él (y esperando por el retorno del otro gran ídolo) pisando el césped una vez más.. como lo hizo en sus dos ciclos anteriores.
Es destacable también, algunos carteles que figuraron hoy. “Falcioni, perdón y gracias”. Nadie debe olvidar la importancia del paso del ex Banfield por este club. Porque lo sacó de una situación apremiante y lo devolvió a los primeros planos. Claro que Bianchi es la figura, nadie iba a dudar si le ponían un papel enfrente y le decían: “firmá, que se vaya Falcioni y que vuelva el Virrey”. Carlos representa la gloria máxima, la algarabía total. Ahora, el fútbol argentino se podrá dar el lujo de tener a Ramón Díaz y a Carlos Bianchi sentados en el banco de los dos equipos más importantes del país.
“Soñar no cuesta nada” dice una canción de un cantautor argentino. Y Boca irá por su séptima Copa Libertadores. Con un plantel potenciado por la figura de su entrenador, más el aporte y el ajuste de algunos refuerzos, todos se ponen a soñar..
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