Bieber y Alonso

No tiene Fernando Alonso fama de gastarse un carácter afable o de su simpatía con los medios; el piloto asturiano suele ir a lo que mejor sabe hacer, que es conducir, y demostrarlo cada gran premio, sosteniendo un bólido que no funciona en la parte alta de la clasificación. Ahora resulta que se ha negado a conocer a Justin Bieber, ejemplo de lo que no se debe ser. El cantante canadiense no tiene otro mérito que ser un producto de los medios de comunicación y de la propaganda que impone el tipo de música o la clase de pantalones que imperarán en el mercado; D. Fernando solo puede llegar a conducir del modo que lo hace tras horas de entrenamiento y de sacrificio, sosteniendo además, una forma física envidiable; el piloto declinó conocer al astro de la música pop que se cree con toda suerte de prerrogativas por el simple hecho de ser popular. Un mal ejemplo, el de Justin, para todos.