Bienvenidos al fin del mundo (The world’s end, Edgar Wright, Gran Bretaña, 2013)

The world’s end (Edgar Wright, Gran Bretaña, 2013): el estilísticamente caótico -y a la vez meticuloso- Edgar Wright cerró su hilarante "trilogía del Cornetto", en la cual los géneros proporcionan, más que dictan, un contexto a la narración, con este nuevo puñetazo en la mesa para con el cine británico de nuevo siglo, una nueva reunión con sus amigos Simon Pegg y Nick Frost con una fuerza algo menor (es la menos enérgica de las tres) que su anterior y más pulida Arma fatal. Aquí el objeto de mofa /veneración es cierto cine de ciencia-ficción (por la cabeza de Wright revoloteaban Don Siegel, John Carpenter, Robert Wise y hasta seguramente Richard Matheson), mezclado con otra de sus deliciosas comedias de gran cariz humano- aunque estúpidamente desternillante, por otra parte- aderezadas por el talento para el guion del propio director, así como también de su protagonista, Simon Pegg. Cinco amigos vuelven al pueblo de su infancia a coronar una hazaña que se les resiste desde su último día de escuela: tomar una pinta de cerveza en cada uno de los doce pubs del pueblo. Evidentemente en versión original ofrece muchísimas más cosas que en su versión doblada. En su sí más profundo, y de no haber tenido ni el tratamiento que tiene ni el talento para la comedia de Pegg y Frost, debería haber sido un drama y de los jodidos. Un film rabiosamente entretenido y recomendable, algo así como una cult movie de la cerveza