Revista Deportes

Bilbao. Tres estocadas y tres orejas

Por Malagatoro

escribano

Estocada de Escribano. Foto: Arjona/Aplausos


“Tres estocadas y tres orejas”

Por Juanjo Franquelo

Bilbao 18 Agosto 2013-08

Segunda corrida de abono. Un tercio de entrada en Vista Alegre.

Toros de la Quinta, Bien presentados . 1º, 3º y 5º, flojos, descastados y sin recorrido. 2º.4º y 6º, aceptables pero sin tirar cohetes.

MANUEL ESCRIBANO.- Estocada caída con ovación. Estocada y oreja

LUIS BOLÍVAR.- Estocada con oreja. Caída y tendida con silencio

RUBÉN PINAR.- Pinchazo y estocada trasera y aplausos. Estocada y oreja.


Cartel muy del gusto Francés y bastantes gabachos en los tendidos, y un público nacional muy parecido a la “maza” de Puche, aquel empresario de Málaga de infausto recuerdo. Público orejero y aplaudidor de manoletinas, pares al violín, trapazos y otras lindezas. Los aficionados vecinos, admiraban mucho que el toro muriera rápido de una estocada, importándole menos la faena. Se comprende que los nativos no vayan a ver este cartel de plaza pueblerina, así que de ahí las tres orejitas festivaleras.

ESCRIBANO es un híbrido entre Padilla y el Fandi, muy valiente y muy basto. Dos “fandilazos” en banderillas y un par al cambio por los adentros. Nada con la capa y menos con la muleta a un inválido sin casta. Tendría que haber dicho discapacitado para que no se me enfaden los políticos...

En el segundo, sólo destacar unas gaoneras al paso. Los pares a dos manos nefastos y el tercero al violín quebrando. La muleta metiendo pico y fuera de cacho, ni para comentarlo. Lo salva la estocada entrando a por todas.

BOLÍVAR es con la capa la antítesis de Paula y con la muleta se le fue un toro de faena grande. Retrasando la patita, toreo lineal y sin bajar la mano. Le dan la oreja por la estocada. En el quinto que fue el peor de todos, pues nada que comentar aunque el toro tenía su lidia.

RUBÉN PINAR  con la capa parecía uno de sus subalternos. El toro necesitaba pases por bajo de castigo y el angelito se los daba levantando la mano. En el sexto, quizás el mejor de todos, era para torearlo bajando la mano y sin que la muleta le tocara la cara. Siempre salía el toro de los muletazos cabeceando y casi descompuesto. Al matar de buena estocada, le piden la orejita de tómbola...

Se ha picado muy mal y los banderilleros han estado fatales. menos Raúl Adrada que saluda y la gran brega con el capote de Alberto Martínez.


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