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Biometría: la solución a todos los problemas de seguridad

Por Carolus @n_maquiavelo

Biometría: la solución a todos los problemas de seguridad

La biometría era una oscura disciplina prácticamente desconocida y ha pasado a ser vista como la solución a todos los problemas de seguridad

Por las subastas de antigüedades de Irlanda se mueve un hombre que los anticuarios llaman el Vicario. Su oficio: «casar» muebles. El Vicario rescata muebles viejos de la basura, los restaura con maderas sacadas de solares abandonados y, con la ayuda de leche, harina y tinturas vegetales, les da apariencia de antiguos. El mercado de las antigüedades en Irlanda es un negocio próspero, pues aquellos que emigraron a Estados Unidos o Australia y han regresado millonarios compran muebles antiguos irlandeses para sus casas. La fuerza del Vicario, como la del revolucionario Michael Collins, está en que nadie reconoce su cara. Muchos anticuarios han caído en quién era después de que les hubiera colocado uno de sus muebles. Su retrato-robot es el de un irlandés de complexión media y unos 50 años, pero eso no cierra demasiado el círculo. El Vicario sigue viajando de subasta en subasta por toda Irlanda vendiendo sus muebles con la seguridad de que su descripción biométrica se ajusta perfectamente a la de varios millones de irlandeses. 

Biometría: la solución a todos los problemas de seguridad

Biometría: la solución a todos los problemas de seguridad

 Desde el 11-S se ha disparado la investigación en una rama de la ciencia cuyo nombre, hasta entonces, no decía nada a nadie: la Biometría. Muy pocos podíamos decir qué era, pero en el momento en que nos hablaban de reconocimiento por el iris, por la voz o por las venas de la mano, enseguida sabíamos de qué nos estaban hablando: de una tecnología propia de las películas de ciencia-ficción. Ahora todo ha cambiado. Tanto, que una oscura licenciatura en Biometría de la Universidad de West Virginia, creada en colaboración con el FBI, ha pasado a ser noticia en los periódicos estadounidenses. El coordinador del programa, Lawrence Hornak, confiesa que «solemos tener 20 estudiantes, pero sospecho que tras toda esta atención, su número ascenderá». Esta universidad también es la sede del Center for Identification Technology Research (CITeR), creado en colaboración con las universidades Marshall, Estatal de Michigan y Estatal de San José, con la intención de convertirse en el primer centro académico de Biometría. Así, de una oscura disciplina prácticamente desconocida ha pasado a ser vista como la solución a todos los problemas de seguridad. «La tecnología biométrica puede ayudar en eso, pero no es la panacea», comenta Hornak. «Es un arma más en el arsenal». La Biometría tiene multitud de aplicaciones además de las obvias. Desde su uso en aeropuertos hasta un nuevo carnet de conducir o su utilización a la hora de otorgar prestaciones públicas –en numerosos estados de Estados Unidos se han ahorrado importantes sumas de dinero al implementar sistemas biométricos–, pasando por el control de inmigración o el voto de los políticos en el Congreso o el Senado –no es una buena imagen ver votar a un congresista por cinco–. No es arriesgado vaticinar que las empresas dedicadas a este tema van a subir como la espuma.

El mercado biométrico

La empresa privada se convertirá en la principal usuaria de medidas biométricas, superando al sector público (en estos momentos es del 70%). Los dos tipos de industrias que adoptarán con mayor rapidez la Biometría serán la banca y la sanidad (aunque ahora habría que añadir las compañías aéreas), con ingresos que aumentarán a un ritmo anual del 72% y el 56% respectivamente. Autor: Miguel Ángel Sabadell http://www.elartedelaestrategia.com/ El Arte de la Estrategia tusbuenoslibros

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