Revista Filosofía

Bitcoin es una moneda virtual...y real.

Por Juanferrero
Es habitual escuchar que Bitcoin (y muchas otras realidades asociadas a la informática) es virtual pero no real, pues bien Bitcoin es igual de virtual que el oro, que el dinero o que cualquier otra moneda, en la virtualidad está el valor de tales mercancías, cosas o lo que sea. Lo real no se opone a lo virtual, lo virtual se opone a lo actual, y la actualidad de Bitcoin es la cadena de bloques, es decir, todas las acciones registradas, actualizadas, ya pasadas y que configuran el presente y todo presente antiguo que podamos representar en un momento dado, en caso de Bitcoin el presente más antiguo llega  hasta enero de 2009.
Lo real por su parte  se opone a lo posible, las posibilidades son elucubraciones de lo que puede ser Bitcoin, o incluso lo que para algunos debería ser, lo posible es el manejo de los datos que aporta la actualidad de Bitcoin, con todas las fórmulas posibles de las que seamos capaces, esto es interesante desde el punto de vista de la economía tanto de la macroeconomía como de la microeconomía, sin embargo, y aunque sea muy interesante la posibilidad nunca es más que una imagen de lo que puede ser, un modelo capaz de aproximarnos a la realidad pero no la realidad misma. Una teoría verdadera lo es sólo según el modelo que es capaz de construir, y hay modelos suficientes tanto para la naturaleza como para la acción humana. Sin embargo, lo más difícil es que este modelo satisfaga todas las particularidades que se dan en la realidad que modeliza. El modelo Bitcoin es verdadero según la definición funcional del dinero: medio de intercambio, depósito de valor y unidad de cuenta.
Intentemos formular una proposición verdadera por cada una de las funciones:
Depósito de valor: el dinero es una cosa, siempre exterior al sujeto que la usa, que en el presente tiene valor demostrado en el pasado y probable en el futuro.  
Explicación: esta realidad de la cosa, o mercancía que da valor no es la cosa misma sino la virtualidad, en forma de saber implícito y no articulable del sujeto. Igual que sabemos manejar una herramienta, un instrumento musical o un smartphone.
Bitcoin no es aún dinero y no cumple bien esta función, pero si por algo ha aparecido Bitcoin es para ejercer esta función frente a las monedas fiduciarias, y simulando el uso tradicional y milenario del oro.
Unidad de cuenta: el dinero (como cosa) ha de poder contar, representar aritméticamente el resto de cosas o mercancías, o servicios.
Explicación: el dinero tradicional ha tenido dificultades para ejercer esta función (hasta ahora), precisamente porque el dinero según esta función se confunde con la aritmética, el dinero fiduciario lo ha resuelto con toda la potencia que da la informática. Sin embargo, el desarrollo de esta función ha ido en detrimento principalmente de la función de depósito de valor.
Bitcoin le gana la partida a las transacciones informáticas en la red en dinero fiduciario (Bitcoin no es dinero fiduciario), porque es tan potente como cualquier representación del dinero en dígitos, frente al papel o al oro, y por supuesto, sin ir contra la primera de las funciones.
Medio de intercambio: el dinero, la cosa ha de poder ser intercambiada con facilidad por cualquier otra cosa, por la liquidez que ha demostrado.
Explicación. Si el dinero es el bien más líquido la rapidez que exigen algunos cambios  ha provocado que la cosa que sea dinero sea lo más liviana posible, oro, papel, digitos en máquinas que se comunican. Esta función se ha desarrollado enormemente por las necesidades que ha ido generando un mercado más globalizado que ha permitido la tecnología informática y de telecomunicación. Los intercambios persona a persona suelen ser seguros no porque haya un tercero que garantice el intercambio sino porque la cosa misma o las cosas mismas lo garantizan, unos zapatos buenos pueden ser evaluados in situ y la moneda por la que se cambia es reconocida por el saber de ambos. La apropiación del dinero por parte de los Estados ha radicado en la "protección" de la población en sociedades extensas en las que el riesgo de engaño es mayor.
Bitcoin permite un intercambio seguro y real entre la mercancía que se desea y aquella que representa cualquier otro cambio pasado y futuro retornando (al menos por su simulación) al origen y naturaleza del dinero en el que el saber implícito y no articulable de los sujetos reconoce la cosa como dinero, al margen de la protección de un tercero (que en este caso realiza la comunidad actual de mineros generando bloques).
¿Qué ocurre cuando un gobierno o institución competente crea dinero? Nos conceden un medio eficaz de intercambio, y a la vez unidad de cuenta, pero quién decide el valor de tal dinero, no aquellos más interesados en conservar tal valor (que no ha de confundirse con los precios de las cosas que compramos con ese dinero).
Dedicado a Krugman.
De un bárbaro.

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