Revista Cine

Biting Elbows – ‘Bad Motherfucker’

Publicado el 20 marzo 2013 por Nacho_c

El plano subjetivo es un plano raro en el cine. Se trata de ver a través de los ojos de uno de los personajes, literalmente, como en Cómo ser John Malkovich de Spike Jonze. Y es tan agresivo, se salta tanto los códigos en los que se mueve la película, sean cuales sean, que no se suele utilizar y en vez de acercarnos al protagonista nos resulta raro. Tan raro como llevar zapatos vistiendo chándal.

Aunque se pueden encontrar ejemplos desde el cine mudo, no ha sido un invento que venga yo a descubrir, pero siempre ha implicado unas ciertas limitaciones: se supone que hay que poner la cámara a la altura de los ojos del actor y dotarla de cierta “vida” y moverla lo más natural posible imitando la cabeza de una persona real. Así que antes, con el enorme tamaño de las cámaras y la capacidad de las grúas y de iluminación había que ingeniárselas para ser un poco creativo y no muy natural.

En el caso de Lady in the Lake de R. Montgomery en 1947 utilizan la puerta como inicio de plano para que entre mejor ya que uno no piensa que es un plano subjetivo hasta que la protagonista habla a cámara. Avanza el travelling y la cámara queda artificialmente quieta, las limitaciones que os contaba, pero el señor director decidió introducir el detalle del espejo. Detalle que se ha utilizado en infinidad de veces también pero que a mí siempre me ha hecho gracia.

Un plano subjetivo no es un plano secuencia. Martin Scorsese en Uno de los Nuestros lo utiliza como un plano más dentro de la secuencia. La genialidad en este caso es múltiple ya que elige una fantástica manera de contar ágilmente quién es quién en el pub, lo hace originalmente y lo hace en un plano, pero además tanto la entrada del plano como la salida es de un modo muy natural. Tanto que casi no nos damos cuenta. ¿Por qué? Porque al principio la voz en off comienza en un plano general, corta y de repente la gente comienza a hablar a cámara mientras el narrador continúa en su propia diégesis. Para salir hay unos segundos en los que se deja de hablar a cámara y da la sensación de que el plano deja de ser subjetivo hasta que encuadra de nuevo como un plano más y ahí entra por izquierda el propio Ray Liotta, que se supone que es a quien han hablado durante el trayecto.

43 años después de Lady in the Lake:


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