Revista Cine

Black Hawk Down

Publicado el 20 mayo 2013 por Nacho_c

“He visto mucho del resto del mundo, es brutal, es cruel y es oscuro. Roma es la Luz”. Máximo Décimo Meridio (Russell Crowe) a Marco Aurelio (Richard Harris) en Gladiator.

Somalia en el año 1993 era parte de ese mundo fuera de Roma. Una guerra civil acompañada de constantes sequías consumían a un pueblo empobrecido, masacrado y famélico. Se enviaron tropas de la ONU y soldados americanos para intentar cambiar algo.

Un día una incursión arriesgada pero controlada por parte de los EEUU se enredó en una guerra urbana de cerca de 24 horas contra toda una ciudad: Mogadiscio.

Black Hawk Derribado es una de las grandes películas bélicas de la última década. Es cierto que no se hacen ya muchas, pasó la época del Vietnam y la denuncia y ahora remiten a guerras pasadas, hechos históricos o marcos donde desarrollar otra historia. A veces no son más que acción y efectos especiales. Pero la peli de Ridley Scott es una peli de guerra, sobre la guerra, sobre la muerte, sobre soldados, sobre la pérdida, el miedo, el realismo y lo documental.

Producida por Jerry Bruckheimer y basada en los artículos que escribió Mark Bowden en internet, el director inglés fue una gran elección al alejarse de esa guerra espectáculo de Pearl Harbour y buscar el realismo que honraría a los que murieron aquel día por ambos bandos.

La secuencia comienza con Tom Sizemore de Ranger enviando a los prisioneros a la Base en una columna de Humvees apoyados por Deltas y ametralladoras del calibre 50. Arranca la música de Hans Zimmer de fondo con la percusión y el metal cuando se cierra el vehículo y emerge una melodía sencilla, ancestral, con reminiscencias al renacimiento. Su idea era la de transmitir que los soldados de hoy en día, como desde hace miles de años, viven la misma vida que se vivía antaño. Van a combatir, van a la muerte.

Un Little Bird acompaña a los vehículos bajo intenso fuego enemigo. Un somalí vuela por los aires despedazado mientras los Rangers rezan por la puntería africana de unos soldados mal entrenados pero chutados de drogas (como en el episodio de Tiananmen, pero eso es otra historia).

Montaje sencillo, sin marear, cámara al hombro pero contando la historia con el tiempo necesario. Han recogido y vuelven a su “castrorum”. De repente alguien carga su Kalashnikov y sabes que algo va a pasar, es un plano que antes no habíamos visto. Disparo certero, al cuello, sangre, muerte. Se detiene el mundo por un momento. 30” de silencio en la radio, según los soldados que allí estuvieron, esperando la frase definitiva “He’s dead”. Antes no les había pasado, eran intocables. Uno de los suyos había muerto, más que uno de los suyos, más que un hermano como cuentan en las entrevistas.

Se transmite la información desde el Humvee hasta el Puesto de Mando del Coronel Harrison por el canal reglamentario y las noticias no pierden un gramo de contundencia.

De vuelta al Humvee, el Delta Eric Bana se sube sobre la ametralladora y devuelve el daño recibido. “La vuelta del héroe” según Scott. Así es la guerra. Un chico de cualquier lugar de Estados Unidos mata o muere por un africano que pudo ser niño de la guerra. No se conocían. No se robaron ni se insultaron ni se habían visto antes. Simplemente en eso consiste la guerra.

Si no puedes ver el vídeo pincha aquí.

El resto de la película es espectacular. De un ritmo intenso, agotador, doloroso para la vista y para los oídos. Y una lección de realización.

Más de 100 personas reales resumidas en varios personajes intentando ser lo más fieles posibles pero sin dejar que el espectador se pierda. Rodado en Marruecos, “Somalia es un sitio donde no puedes ir a rodar”, con un equipo de lo más eficiente y acostumbrado a rodajes europeos y americanos, de cine y de publicidad.

Esta película tuvo unas semanas sobre el terreno muy intensas y una postproducción extensa que no se aprecia, de ahí su éxito, pero esencialmente hay que destacar la preproducción. Ahí es donde se sabe si el proyecto saldrá bien o mal. Si lo que estás haciendo está trabajado o si tienes que luchar contra problemas que te van a hacer descarrilar. Entrenaron a los actores con soldados reales, tuvieron los Little Birds y, en el último momento y habiendo comenzado el rodaje, los Black Hawks protagonistas. Un acertado casting con caras reconocibles como Ewan McGregor, Orlando Bloom, Josh Hartnett, Jason Isaacs, William Fitchner, Tom Hardy, Nicolai Coster Waldau o Sam Shepard se mezclan con actores que no habíamos visto.


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