Blogtrip bcnTB: la experiencia

Mi círculo de gente con fiebre del virus viajero se ha ampliado considerablemente desde que llegué a Barcelona. Tenemos una enfermedad curiosa: no podemos dejar de hablar de lugares conocidos y por conocer, de sueños y realidades en los que la mochila es protagonista absoluta. ¿Los síntomas? Hablamos en clave de viaje, la melodía de nuestra banda sonora.

Navegando por el río Ebro

Todo el mundo tiene su punto de locura, y el nuestro ya está claro que implica el viajar. Ya se ha teorizado mucho sobre el beneficio personal que se obtiene al visitar otros lugares y conocer a otra gente. Pero no podemos –ni queremos– quedarnos con eso, a nosotros nos gusta compartir esas experiencias, entre nosotros, para todos. Así surge el Barcelona Travel Blogger (bcnTB), una asociación con la que pretendemos conocer a más locos como nosotros, formarnos a nivel técnico para gestionar mejor nuestras herramientas online con las que poder trabajar, y sobre todo seguir viajando.

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El viaje

La primera acción que se ha llevado a cabo ha sido un blogtrip por Tarragona. Para despejar dudas, un blogtrip es algo parecido a un viaje de prensa, los blogueros viajamos gracias a alguna oficina de turismo y/o empresa para luego informar sobre la experiencia vivida en el destino en nuestros blogs.

Así, el sábado 6 de julio Bárbara, Carla, Marina y yo nos pegamos un buen madrugón para unirnos a nuestros compañeros Pep, Dani, Ingrid y Pepe que ya andaban por tierras del Ebro. Nos dividimos en dos grupos, unos fueron a hacer kayak con Riu a l’Ebrey otros estuvimos visitando las instalaciones de Mistral Bonsái. Es impresionante el mundillo que existe detrás de estos pequeños árboles que crecen en macetas y lo grande que es esta empresa. Los bonsáis tienen su origen en China, como objeto de culto para los monjes taoístas y símbolo de eternidad, pues el árbol representa un puente entre lo divino y lo humano. Su desarrollo se considera todo un arte, que se ha perfeccionado sobre todo en Japón (algunos ejemplares de esta compañía pueden llegar a valer más de 90.000€). En Mistral Bonsái no sólo se dedican a su venta. Como si de una mascota se tratase, tienen un servicio de “cuidados intensivos” para todo aquel que tenga un bonsái que esté en malas condiciones y desee recuperarlo. Incluso tienen “guardería”, como ellos mismos lo llaman, por si quieres dejarlo en buenas manos cuando no estés en casa. Tras la visita guiada por sus instalaciones, nos regalaron uno que tuvimos que podar y trasplantar en el taller que hicimos junto a otros clientes. Sin duda, una experiencia muy relajante.

Mi bonsái junto a un suiseki enorme (piedra natural -no tallada- que recuerda a un paisaje)

Por la tarde nos dirigimos al catamarán de Tuna Tour para salir a alta mar, ¡a bañarnos con atunes! Yo le tengo cierto respeto a eso de nadar en el mar, precisamente por no saber qué clase de bichejos puede haber a mi alrededor. Cuando desde el barco vi a figuras que parecían tiburones, de más de 3 metros de largo y unos 200 kilogramos de peso, realmente me pensé eso de nadar con ellos. Pero me pudo más la curiosidad que el miedo y acabé dentro del agua. Por desgracia (¿o por suerte?) estaba demasiado turbia y no vi ninguno. Yo, feliz por al menos haberlo intentado.

Ya sana y salva en cubierta con el resto de mis compañeros, disfrutamos de la degustación de sashimi –atún crudo, ¡delicioso!– y la copita de cava que nos tenían preparados la tripulación.

Miravet – zona vieja

Al día siguiente hicimos otro paseo en barco, esta vez por el río Ebro a bordo del Llaüt Lo Roget. Llegamos a Miravet, un pueblo pequeñito pero mágico por su ubicación, sus vistas y su castillo templario. En su vieja iglesia todavía se pueden ver los efectos del paso de la Guerra Civil, que ahora usan como sala de exposiciones, con una muestra de distintas vasijas de cerámica típica de la zona, y de fotografías de las distintas crecidas del río Ebro. Josep, el guía, nos iba mostrando las distintas placas conmemorativas que recuerdan en estas calles las espectaculares crecidas del río a lo largo de la historia. La más alta registrada data de 1787, con una altura de más de 10 metros, hoy imposible de conseguir por la regulación que ejercen los embalses de Mequinenza y Ribarroja.

Miravet – zona nueva

Agradecimientos especiales a:

Hostelbookers, por ser el patrocinador principal del blogtrip, y el hotel Ciutat de Tarragona por su espectacular terraza que apenas disfrutamos en el centro de Tarragona

Patronato de turismo, por su buen hacer

Josep, por guiarnos por las calles de Miravet a las 14.00 y a casi 30ºC a la sombra.

A la tripulación del Tuna Tour, por dejarnos entrar hasta en la cabina y sonreír en las cientos de fotos que les hicimos.

A Pili, y a la tripulación del Llaur Lo Roget, por salvar la navegación en partes en las que el río no tenía ni 0’8 metros de profundidad.

A baltros, los blockers: Pepe, Dani, Ingrid, Marina, Bárbara, Carla y Pep, por las risas y los momentos compartidos.

Especial mención a Valentina, que estando a un mes de nacer no dijo esta boca es mía y dejó a Ingrid disfrutar del viaje