El mercado de películas americanas en que una chica joven se mete en problemas y un padre preocupado acude en su ayuda está sobreexplotado, todos lo sabemos. Da la sensación de que este tipo de tramas, y rescatar a Matt Damon de lugares inhóspitos, sean los dos pilares del cine de Hollywood, como es el caso que nos ocupa hoy con Blood Father.
Ahora bien, si esperáis un breve comentario sobre cómo esta película no aporta nada nuevo y se suma a la interminable lista de films ensombrecidos por la archiconocida saga de Venganza de Liam Nelson voy a tener que decepcionaros.
Es una buena peli, así de simple. Y creo que no podría ser de otro modo habiendo reunido a tales nombres:
- Mel Gibson: Interpretando a John Link, nuestro protagonista. El repertorio de Mel es bastante amplio, pero parece incapaz de hacer un mal papel. Aquí desde luego lo borda.
- Erin Moriarty: Lydia Link, co-protagonista. Esta joven promesa del cine demuestra que no hace falta que un personaje femenino sea humillado para llamar la atención del público. Gran papel y gran actriz que dará mucho que hablar.
- Peter Craig: Guionista de la obra. Responsable de los guiones de Ciudad de Ladrones y Sinsajo (ambas partes). El triunfo sigue sus huellas.
- Jean-François Richet: Especialmente reconocido por dirigir Asalto al distrito 13.
¿Qué hace de Blood Father una buena película? Elegid a cualquiera de los nombres de arriba y ya sería motivo suficiente para darle una oportunidad, sin leer más, pero si queréis más seguimos.
La crítica social que hace la obra va a la par de cualquier otro punto de la misma. La trama comienza con una adolescente comprando munición en un supermercado sin ningún problema. Trata de comprar un paquete de tabaco y es ahí cuando le piden el carné. Eso para abrir boca.
Y una más para aquellos que al igual que yo se divierten encontrando errores estúpidos en películas famosas. Vosotros que os reísteis viendo volar coches embestidos por toros en los sanfermines de Sevilla ( Noche y día), que pensasteis cuántas fachadas podrían pintarse con la sangre de una sola escena ( Evil dead) o contasteis por decenas los casquillos que caían de una Glock (inserte cualquier film). Vosotros no tenéis nada que hacer aquí, podéis relajaros y disfrutar. No hay locuras al medir la sangre, no hay una granada derribando un rascacielos. La película está bien hecha, está reflexionada y bien medida.
El único inciso que puedo hacerle es que apenas dura una hora y media. Estando bien trabajada y bien pulida como es el caso, la historia permitiría explayarse un poco más. Pero como se suele decir, lo bueno si breve, dos veces bueno.
Así que, en definitiva, tenemos una historia similar a otras muchas que hemos visto, pero una película difícilmente igualable en frescura y cercanía al público. Disfrutadla.
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