Revista Cultura y Ocio

Book-tag #20: las manías literarias

Publicado el 28 noviembre 2016 por Alaluzdelasvelas

BOOK-TAG DE LAS MANÍAS LITERARIAS¡Hola, hola, hola!  Más vale tarde que nunca, dicen. Y espero que sea verdad, porque yo no llego tarde; llego tardísimo. Honra decir que no tengo tiempo para nada que no implique ir de clase en clase. Eso, sumado a otras cosas que tengo que hacer a lo largo del día, hace que para leer me quede muy pero que muy poquito tiempo. Haciendo los deberes de inglés hoy he leído un pequeño texto que me ha parecido la mar de gracioso. Un señor contaba que, dado que su vida se había tornado un tanto monótona, había decido generar un hábito en un período de 30 días. Él jura que es posible. ¡A ver si yo me lo aplico y leo aunque sean veinte páginas al día en horitas sueltas!  Después de este rollazo, vamos con lo importante. Omaira, chica de la que os he hablado un porrón de veces, desde su maravilloso blog, Entre la lectura y el cine, me ha nominado a un Book-tag de lo más peculiar.Un book-tag muy original, palabrita. ¡¡Desde aquí te doy un millón de gracias, Omaira!! ¡Si es que eres un solete! Y, a todas vosotras y todos vosotros, sólo me queda deciros que ya estáis tardando en pasaros por su espacio.¡Es una maravilla! No me pierdo ni una entrada J Recomendadísisisisisimo.  ¿Y en qué consiste esto de lo que os hablo? Pues de hablar de nuestras manías lectoras. Sí, esas cosas tan frikis que no queremos contar al resto de mortales. ¡Qué estos muggles no se enteran de nada! Aquí os dejo las normas y… ¡vamos con las respuestas! BOOK-TAG #20: LAS MANÍAS LITERARIASNORMAS1. Poner 10 manías o hábitos que tengas como lector@.2. Nominar a 5 blogs y comentarles que los has nominado.3. Señalar 3 de tus manías, para que tus nominados digan si las comparten o no; tú también debes hacer lo mismo con las manías que eligió la persona que te nominó.

1 – Siempre acabo los capítulos Lo sé, tal vez suene muy cliché, pero es la pura verdad. Me supera eso de estar leyendo y tener que dejarlo en medio de una descripción o, lo que es aún peor, un momento épico o una conversación importante. Puede que tenga un problema con la terminación – lo dudo mucho, pero es la única explicación que se me ocurre –, pero es algo que arrastro desde hace mucho tiempo. Debo decir, sin embargo, que dado que voy de culo todo el puñetero día, estoy perdiendo la costumbre. (¡Carme, no seas malhablada, por Dios!).2 – Me da pena terminar sagas No parece una manía, lo sé, pero dejad que me explique. Cuando una saga es larga, me parece genial y maravilloso ir devorando todos y cada uno de los libros que la componen; sin embargo, cuando me quedan más o menos dos, paro de leer. En seco. Pueden pasar – y no exagero – meses, incluso un año entero, hasta que decido terminarla. Prueba de ello es lo que estoy tardando en leer Harry Potter y las reliquias de la muerte (¡sí, sí, ya lo he empezado!). El por qué, una vez más, escapa de mis manos. Sólo puedo deciros que me da una pena terrible dejar ir los personajes, los escenarios y la prosa de un autor o autora que logre cautivarme.3 – Según el sentimiento que despierte en mí la portada y el título de una novela, selecciono un punto determinado Tal cual lo leéis. Tengo un porrón de puntos, la mayoría de ellos o hechos por mí o por mi hermano, y los demás con iconos de las diferentes librerías a las que he ido. Tengo favoritos, claro, pero es algo que no puedo evitar. Por ejemplo, si un libro creo que va a ser entrañable, uso uno de madera con un osito sonriendo. Una cursilada muy friki, ¿eh?4 – Si un párrafo me parece evocador, tengo que leerlo en voz alta Escribiendo todo esto, me doy cuenta de que estoy peor de la cabeza de lo que pensaba. Nada, chicas y chicos, yo sé que me perdonáis. Bromas aparte, esta manía es relativamente nueva. El caso es que estaba yo leyendo La mujer de papel, de Guillaume Musso, cuando me empecé a encontrar con párrafos sencillamente preciosos. Palabras de una calidad que, al menos a mí, me fascinó. Así que no tardé en verme a mí misma leyendo en voz alta, sentada en mi habitación. Supongo que no es más que una manía pasajera, pero, sea como fuere, es algo que, sin duda, me gusta hacer. 5 – No puedo dejarme llevar por la novela Mi madre siempre me dice que eso es un problema, y puede que la mujer tenga razón. El caso es que soy incapaz de dejarme llevar. Será que soy cabezota hasta para leer, pero desde que empiezo, hasta que acabo la novela, no paro de hacer conjeturas sobre qué pasará a continuación. Lo cuestiono todo. Sí, sí, como lo leéis: todo. Cuestiono por qué un autor o autora habrá actuado de un modo “x” con sus personajes y no de la forma inversa. Sobra decir que me llevo batacazos, aunque también hago mis pinitos y de vez en cuando acierto.6 – Leo en cualquier parte Para lo sumamente desastrosa que soy en todos los ámbitos de mi vida, tengo una capacidad de concentración muy grande. Me resulta sumamente sencillo abstraerme del ruido, algo que, pese a lo que podáis pensar, no siempre es bueno. Como ese es otro tema, lo dejamos para otro momento. El caso es que puedo leer dónde sea. En el tren, en el autobús, en una sala de espera o en un parque hasta las narices de niños gritando. 7 – No considero importante tener una gran biblioteca Una vez termino una historia, creo que lo mejor es dejarla ir. Por eso me gustan tanto las bibliotecas. Me gusta la sensación de felicidad que me produce ver a una persona con una novela que ya he leído. Sensación que sería más bien inexistente si viera el mismo libro cada día en la estantería. Veréis, hace poco más de un año no hubiera dicho (escrito) esto jamás, pero después de dos mudanzas, creedme: valoras qué necesitas de verdad y qué es meramente anecdótico. Adoro los libros, por supuesto que sí, aunque creo que, cuando me muera, no se me recordará por haber tenido muchas estanterías llenas. 8 – Cuando alguien me regala un libro, le pido que me lo dedique¿Pido que escriban en mis libros? Sí, y además con bolígrafo para que no se borre. Veréis, para mí tiene más valor el por qué haces algo que el acto en sí mismo. Quiero decir, un regalo vacío, un acto que es más bien una forma de, digamos, fichar, no tiene nada que valga la pena recordar. El recuerdo, lo bonito, está en el motivo, en lo que te lleva a regalar algo. Me gustan las dedicatorias cursis, las graciosas y las tristes. Me gustan porque cuando recupero el libro de la estantería, sonrío como una verdadera idiota leyéndolas. 9 – He dejado de ser cuidadosa, quiero que se vea que el libro “ha vivido” Cuando leemos un libro, despertamos una historia. Una vez más, hace un año os habría dicho que trato los libros con tanto cuidado que me doy hasta miedo; pero ya no. Siempre os digo que no me gusta que me traten como si fuera de cristal, así que lo mismo hago yo con mis novelas. No se rompen, chicas y chicos, sólo porque las abráis. No pierden encanto. Todo lo contrario. Disfrutad de los libros. Rayadlos, arrugad las esquinas y marcadlos. Un tiempo después, os daréis cuenta de que, realmente, no son más que resquicios de una vida tras otra de la misma historia. 10 – Libro real VS libro imaginario Me explico, me explico. Cuando leo una novela, no puedo evitar pensar en cómo me gustaría que fueran las cosas, en qué tipo de personajes me gustaría encontrarme y en cómo me gustaría que se desenvolviera en el mundo creado por otra persona. Me gusta, porque eso hace que mi atención no sólo se centre en la historia real, en la ya creada con sus personajes y sus problemas; sino también en el escenario. Algunas veces os he comentado que me maravilla lo que se puede transmitir con algo tan simple como la descripción de una ciudad. Desde felicidad, hasta melancolía; y es eso, precisamente eso, lo que hace que sea tan genial pensar en historias paralelas.
¡Hasta aquí mis respuestas! Antes de pasar a nominar – porque sí, voy a nominar a personitas – tengo que comentar tres de las manías de Omaira. ¡Vamos a ello!1 – Leer los agradecimientos antes que la novela.Sinceramente, me parece una manía entrañable. Es bonito ver qué sentimientos despierta la propia obra en la autora o autor, sin duda, aunque, como bien resaltaba Omaira en su entrada, eso puede hacer que nos traguemos algún que otro spoiler. Debo decir que hubo una temporada que sí los leía. Ahora, sencillamente, paso de hacerlo.2 – Lleva el libro a todas partes.Yo hago exactamente lo mismo. Veréis, paso tantas horas al día fuera de casa, que nunca sé cuándo voy a tener un huequito para leer, aunque sean, diez páginas. Decía también Omaira que si el libro no le gusta, ni lo saca del bolso. Bueno, yo a esto digo que si un libro no me gusta, no lo cargo. Con esto no quiero decir que esté mal llevar el libro por si, a medida que avanza, se torna interesante, ¡todo lo contrario!, aunque sí he de decir que yo tengo poca fe en eso. 3 – Adora los marca-páginas, más aún si son raros.En serio, me encanta esta chica. Una vez más, no podría estar más de acuerdo con ella. Lo que sí me choca es lo que comenta de que, una vez lo ha usado – en un libro que es suyo – no lo vuelve a usar. Increíble. Yo los tengo todos puestos en una taza de estas con un mensajito “inspirador”. Venga, va, a modo de súper spam os diré qué pone. Solo se vive una vez, ¡date un capricho!
Ahora sí que sí. Ya hemos llegado al final. Sobre las nominaciones… Bueno. Quiero que contesten a este book-tag las siguientes personitas, dedicando un breve espacio a mis puntos 7, 8 y 10:Wild life
Tiempo de leerEl rincón de LeynaLa morada del búho lectorMás romance¡Y esto ha sido todo por hoy! ¿Qué os parece el book-tag? ¿Coincidimos en algo? ¿Alguna manía de la que queráis hablarme? ¡Me muero por conocer vuestra opinión!¡Un besazo muy grande!

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