Revista Cultura y Ocio

Bravura. Emmanuel Carrère

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Bravura. Emmanuel Carrère
     "Antes de mover el cuerpo, su mirada abarca sucesivamente la penumbra húmeda del pasillo en el que va a entrar y, un momento antes de que la puerta se cierre, el espectáculo de la calle que acaba de abandonar y de la que ahora le separa la pesada hoja de roble. Como la casa no contiene mobiliario y él mismo ya no posee nada, sólo tiene que mover su propio peso, pero es suficiente para agotarle: todo pesa más entre estos muros espesos, empezando por la puerta, cuyo umbral cruza cada vez menos, ya que cada gesto exigte un duro esfuerzo, como si la gravedad se multiplicase y la atracción de la tierra fuera más imperiosa en este lugar preciso de Londres."
     De todos los motivos que existen para leer un libro, mji favorito es "porque sí". Eso me lleva a contradicciones porque leo a escritores que no terminan de agradarme, pero que me atraen sus libros. Como en este caso. Hoy traigo a mi estantería virtual, Bravura.
     En una casa, una noche de un verano, se reunieron Lord Bayron, su médico y secretario Polidori, Percy B Shelley y su esposa Mary. Aficionado a las historias de terror que comenzaban a escucharse, hicieron la apuesta de crear cada uno una historia. Esa noche Polidori concibió El Vampiro y Mary Frankenstein. ahora han pasado cinco años y encontramos a un Polidori suicida, amargado y resentido porque su vida va en caída libre, o tal vez a un hombre que ha dejado que su vida caiga directamente, incluso en el consumo de opio una temporada, por lo sucedido tras aquella noche. Polidori ha visto publicado su vampiro pero atribuído a Lord B, y también le queda el resentimiento de ser suya la idea utilizada para Frankenstein. Por no hablar del párrafo que le dedica su autora.
     Hay noches que nunca se olvidan y alguna, por suerte, no está relacionada con guerras. La gran noche de la Villa Diodati es una de ellas, qué duda cabe.Y este es el punto de partida que utiliza Carrère para su juego de espejos. Un Polidori amargado que afirma que todo lo bueno que le hubiera podido llevar al éxito muere, y nos deja esa pista que se implanta en el cerebro del lector sin este saberlo en forma de espejo. Seguimos a Polidori, que lucha por un reconocimiento negado y una vida que cree robada y ahora malgasta en absolutamente nada, y la novela es interesante porque consigue hacer un personaje fuerte, que crece en su miserable casa mientras salpica la novela de anécdotas clamando incluso por una venganza que tal vez no llegue. Y entonces Carrère transforma la novela y nos trae al presente, un presente con una mujer, Anne, decidida a investigar la historia de esa noche. Y nos presenta también al capitán Walton, mientras el lector recuerda que la famosa obra de Mary comienza cuando un tal capitán Walton... y comienza a preguntarse si será casualidad que sea precisamente este el nombre elegido por el autor. Y no lo es, como tampoco que investiguen con la intención de reescribir Frankenstein convirtiéndolo en algo mucho más moderno en esta era de zombis y luchas por la raza humana. Y Carrère, ese hombre al que yo leo por placer, por el placer de encontrarme con un buen texto, se embrolla y desembrolla en su intento de jugar a que dudemos de todo, y la novela se convierte en una mezcla en la que el lector no siempre hace pie sobre quién o qué está hablando.
     La idea como puente entre dos siglos, entre historias, de usar a Walton me parece fantástica. No solo eso, sino también ese reescribir, esa suerte de revancha que le da a Polidori... pero le falta la capacidad de estructurarse de una forma un poco más clara, no dejarnos caer en un maremagnun de buenas ideas que no terminan de cuajar, no sé si por las formas o porque tal vez y pese a que haya llegado a nuestro país ahora, estamos ante una de las primeras novelas del autor. En todo caso, no me ha convencido en absoluto, lo cual no significa que no vaya a leer la siguiente. Pero en este momento y a día de hoy sigo perpleja. Si aún no habéis leído nada del autor, tiene novelas realmente buenas como El adversario o Limonov.
     Y vosotros, ¿cuál ha sido el último libro que os habéis comprado "porque sí"?
     Gacias.

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