Revista Cultura y Ocio

Breaking bad all’italiana

Publicado el 01 junio 2015 por María Bertoni
Segunda Semana del Cine Italiana. Cobertura especial.

Reseña publicada en el marco de la segunda Semana del Cine Italiano.

En la Roma contemporánea, un neurobiólogo brillante se convierte en el enésimo investigador italiano víctima de la crisis económica y de las consecuentes reducciones aplicadas al presupuesto universitario. Ante el fantasma del des o subempleo, Pietro convoca a un químico, a un economista, a un antropólogo, a un arqueólogo y a dos latinistas también desvinculados de la actividad académica (el primero trabaja como lavaplatos, destino que Domingo Cavallo le deseó a la demógrafa Susana Torrado) para fabricar y comercializar estupefacientes cuya fórmula acata todas las normas del Ministerio de Salud. Las desventuras de esta asociación i/lícita constituyen la trama de Smetto quando voglio o Dejo cuando quiero, película que el jueves próximo inaugurará formalmente la segunda Semana de Cine Italiano en Buenos Aires.

“Dejo cuando quiero” contestó más de una vez Walter White cuando alguien (o él mismo) le (se) reprochó la decisión de cocinar y vender metadona cristalizada, primero, para pagar el tratamiento contra el cáncer de pulmón que lo sorprendió antes de cumplir sus cincuenta años, segundo, para asegurarles un buen pasar económico a su mujer e hijos en tiempos de viudez y orfandad. Los fans de este otro químico brillante que el capitalismo salvaje redujo a la mínima expresión encontrarán más coincidencias entre la televisiva Breaking bad y el largometraje de Sidney Sibilia.

El director y co-guionista italiano de 33 años también parece haber hallado inspiración en The big bang theory, serie de TV que sentó precedente a la hora de bromear sobre la idea de que los científicos son sapos de otro pozo. Sibilia y equipo profundizaron el retrato de este presunto desconocimiento de la realidad mundana al convertir a Pietro y compañía en productores y dealers de las llamadas “legal highs” o “smart drugs“.

El film que abre la 2ª Semana de Cine Italiano fue un éxito en su país de origen en febrero de 2014.

El film que abre la 2ª Semana de Cine Italiano fue un éxito en su país de origen en febrero de 2014.

El recuerdo de esos antecedentes catódicos made in USA atenta contra la pretendida originalidad de un largometraje que, sin embargo, conquistó a la opinión pública tana. De hecho, además de sacudir la taquilla nacional, la comedia de Sibilia cosechó numerosos premios y nominaciones. El éxito fue tan grande que el realizador anunció a fines del año pasado su intención de filmar una secuela con los mismos personajes.

Smetto quando voglio entusiasma menos de este lado del Atlántico, en parte por limitaciones narrativas propias (en especial, aquéllas derivadas de un guión demasiado verborrágico) y quizás también porque la película ancla menos bien en suelo argentino. Por lo pronto, la gran carnada de esta propuesta -la invitación a hacer catarsis frente a las políticas de ajuste que arremeten contra la educación y la investigación- pierde atractivo en un país que hace años busca recuperar su autonomía científica.


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