Revista Cine

‘Breaking bad’, el final se acerca

Publicado el 24 septiembre 2012 por El Ninho Naranja @NinhoNaranja

Hace ya un tiempo que se habló aquí de ‘Breaking Bad’. Bien, los productores han decidido ya que su quinta temporada sea la última. Lo han hecho de una manera algo abyecta. Los dieciséis capítulos se emitirán en dos tandas de ocho, la primera de las cuales ha finalizado hace unas semanas con una impactantemente sutil última escena que nos ha dejado a sus incondicionales  con una sensación que soy incapaz de describir sin hacer referencia a hábitos sexuales. Lo siento,vamos a querer más pero sabemos que no podemos tenerlo ya. Nada frustrante, nada traumático, la excitación en la cúspide, la adrenalina en máximos, lo justo para saber que, nada más lleguemos a olisquear que la segunda tanda está lista para ser emitida, retomaremos, averiguaremos como cuadra el flash-forward del primer capítulo y como acaba todo. Acabar, resolverse, cerrarse. Llamadle como queráis.

Walter White o Heisenberg... Según...

El día que tenga paciencia veré ‘Alias’ y el siguiente día que tenga paciencia veré ‘Fringe’. Mientras tanto, dejadme decir que no alcanzo a comprender el mito que rodea a J.J. Abrams. Sí, la ‘Mission Impossible’ que dirigió es la mejor de la saga. Pero, ¿Lost?. Vamos, ‘Perdidos’  es el ejemplo de la mala resolución de una serie. De cómo uno se encuentra delante con un éxito inesperado (nótese: no digo inmerecido) que obliga a replantear el devenir de la serie y encaje de las piezas. Entonces ‘Lost’ es el paradigma del mal final. De la huida hacia adelante, del  progresivo embrollo y enturbiamiento resuelto a martillazos. Creo que ya ha pasado bastante tiempo para que esta opinión sea casi generalizada. No supieron como acabarla. Punto. Se disfrutó hasta se diluyó.

Bien, esto es justo lo que parece que no va a pasar por ‘Breaking Bad’. Va, me aventuro y digo que su final será apoteósico. Porque desde ese algo lejano post donde la presentamos muchas cosas han pasado y todas han sido buenas. Walter White, que me recuerda a Roberto Bolaño escribiendo 2666 sabiendo que el fin se acercaba, en su actuación cerebral pero desesperada, en su ansia de dejarlo todo solucionado, nada reprochable, el futuro de su familia. Y no es que haya perdido el control: simplemente parece que se ha sentido cómodo, sumamente cómodo en ese pilotaje. ‘Breaking Bad’, aventuro, acabará explicando cómo uno pasa al otro lado de la ley casi por un mecanismo de autodefensa (en este caso, una cruel  enfermedad, un médico que gira el reloj de arena del otro lado), pero como el ser humano tiene capacidad de adaptación, se encuentra a gusto en ese lado equivocado, degusta las ventajas del dinero fácil y la excitación inherente al trato con los malos de igual a igual. Ay, cuando White se pone el sombrero, escueto atuendo que lo convierte en Heisenberg, el mejor cocinero de cristal. Ay, cómo ese simple gesto modera su pulso y calma sus nervios.

En unos cuantos meses, probablemente, sabremos el por qué de esa escena inicial de la quinta temporada, al igual que la primera, que ya suena lejana, iniciada con un importante hecho que se aclarará en su final, o cerca.

En unos cuantos meses, seguramente, yo vuelva a encontrarme escribiendo sobre esos ocho capítulos; espero no poder contener los elogios, igual que lo haría sobre la tercera o la cuarta temporada, todas ellas prodigios de precisión narrativa, de maestría a la hora de poner cámaras en rincones, enfocando árboles, enfocando nubes pasar o moscas pasear sobre un portalámparas. De apariciones y desapariciones de personajes. Contemplando a White mirar su reflejo en el espejo como el que se queda fascinado viendo los números progresar en una cuenta atrás. Tic tac, tic tac.

Ya está aquí la quinta y última temporada de 'Breaking bad'


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