Buenas ideas y grandes paridas.

Este fin de semana he tenido experiencias agradables y soportado paridas y comentarios estúpidos, pero por desgracia los segundos han sido muchos más.

El sábado estaba en Valencia, y por la mañana fui con mi amigo Luis a lo que en la Universidad de Valencia, donde da clases, llaman la EXPO-CIENCIA, que consiste en que cada uno de los departamentos de ciencias monta en una aula o una sala una serie de experimentos, practicas o presentaciones gráficas o con video sobre cada uno de sus temas, desde humeantes experimentos de congelación con hidrógeno líquido a simuladores que pueden pilotarse, y a la Expo acuden multitud de niños con sus familias, a los que se les nota que se lo están pasando en grande, con lo que consiguen que los niños y los jóvenes conecten la ciencia con su vida cotidiana, y puedan relacionar lo que hacen y ven cada día con aspectos concretos de la ciencia. Me pareció una idea fantástica que otras universidades deberían copiar.

Estoy de acuerdo con Artur Mas en que con el asunto de los pitidos al himno nacional en la final de la Copa, el gobierno está haciendo el ridículo.

Aunque la pitada era de esperar su transformación en gran pitada es obra del nulo cerebro de la caverna mediática y del Nazional-Catolicismo gobernante, que durante las dos semanas previas a la final estuvo echando gasolina de alto octanaje al fuego. Como siempre la memoria es de las cosas que más fallan en este país porque los que se empeñaron en encender todavía más los ánimos se olvidaron que el Supremo ya determinó en el 2009 que pitar un himno no era delito, y olvidaron algo mucho peor: que donde empezó la moda de pitar himnos no fue ni en Barcelona ni en Bilbao, sino en Madrid en partidos de la selección, primero contra Italia en 2009 y en 2012 con una descomunal pitada en el Vicente Calderón contra Francia que incluía gritos de ¡Puta Francia!, hasta el extremo que la UEFA reprendió en dos ocasiones a la Federación Española. O sea que el montaje Nazional-Católico previo y posterior a la final es de una profundísima estupidez, la misma que utilizan para luchar contra el soberanismo catalán.

Por cierto, en relación con Mas y la pitada al himno, uno de los medios que contribuyó al show, el periódico La Razón, ese panfleto que cuando publica informaciones veraces o no tergiversadas es por error, muestra en su portada del 1 de junio tres fotografías de Mas, se supone que mientras sonaba la pitada, en las que no aparece sonriendo pero que el panfleto viene a decir que se estaba rompiendo de risa y lo titula “La sonrisa taimada”. Seguramente de todos los que estaban en el palco Mas fue al que menos molestó la pitada, pero pitar un himno no es delito, mientras la difamación si lo es, pero da igual, estamos en España.

De verdad que espero que Ada Colau no sea un desastre de Alcaldesa, pero no puedo dejar de preocuparme, no porque yo no soporte el cambio como opina casi toda la prensa de Barcelona sobre los que critican o nos preocupamos por la Colau, sino porque la señora no ha parado de decir barbaridades, se ha contradicho montones de veces, y junto con Podemos tiene una fijación con CiU para mi incomprensible, porque siempre he preferido la crítica concreta de temas específicos al insulto genérico y al aire. Mi preocupación no es que se cambien las maneras de hacer política de arriba abajo, que lo considero una necesidad y creo además que es un trabajo que las izquierdas hacen mejor que las derechas, sino que el populismo exagerado de personajes como Ada Colau no nos saquen del fuego para caer en las brasas, y encima a un coste descomunal. Si fuese madrileño no estaría preocupado porque creo que Manuela Carmena es una persona con criterio que no suelta barbaridades.

La última de la señora Colau es que después de pasarse toda la campaña evitando hasta el ridículo mojarse en el tema independencia, solo porque ahora le interesa el apoyo de ERC afirma que será un gran apoyo al proceso a la soberanía, y para que sus neuras queden bien claras, añade que será un socio soberanista mucho mejor que CiU.

Estoy empezando a llegar a la conclusión que lo que quiere la izquierda radicalizada es partir la política del país en dos bandos bien claros, sin centros moderados y mandangas, y en España lo tienen fácil porque el Nazional-Catolicismo del PP les ayuda a conseguir su objetivo, pero en Catalunya lo tienen muy complicado porque se enfrentan con un proceso soberanista donde están mezcladas derechas con CiU e izquierdas con ERC, y por esto cargan contra CiU para romper sus acuerdos con ERC, y que mientras se están cargando el binomio soberanista no se les note que la independencia, el derecho a decidir o cualquier modificación de un estatus de Catalunya en España que a muchos catalanes nos tiene más que hartos les trae sin cuidado.

En una semana repleta de paridas no podía faltar alguna de Rajoy el Magnífico, que en la reunión de Sitges del Círculo de Economía y sobre el Corredor Mediterráneo soltó que la competitividad es importante, pero lo es más llevar el AVE a todas las regiones de España. No me extraña que Rajoy considere más importante gastarse miles de millones en líneas de AVE que llevan un promedio de pasajeros por viaje inferior a 20, eso si casi todos ellos altos funcionarios, que al menos adecentar la línea de mayor potencial del país y quizás la única que podría llegar a ser rentable tanto en pasajeros como en mercancías, además dio una alegría a los soberanistas, porque según Rajoy las CCAA del litoral Mediterráneo no son regiones españolas y por eso no se las debe unir mediante AVE.

Y como colofón, la Federación española de futbol votando a Blatter para presidente de la FIFA, que en Europa solo fue votado por Villar y la Rusia de Putin. Pero los periódicos, deportivos o generales, solo lo han comentado por encima porque están muy ocupados hablando de la pitada.