CAL 432,2 · HC 6,8 · PR 51,1 · GR 19,0 [POR RACIÓN]
Estamos un poco fatal de lo nuestro, a decir verdad.
Ya lo decían Lendakaris muertos
…Síndrome de download, carne de canon, pelis pixeladas en tu pantalla plana…
Y es que la música ahora es como la barralibre de la boda de tu primo. No es lo que era.
Si cojo ahora todos los discos que tuve entre los 13 y los 18 caben en un cajón. De hecho, están en un cajón.
Cuando comprabas un disco, era todo un ritual en el que tenías que estar más que segura de que querías ese disco, que lo querías de verdad, y que lo ibas a desgastar con la aguja del tocadiscos, o en su defecto, que ibas a devorar la cinta con el cabezal del radiocasette. Y si se rayaba, lo reparabas con aceite, y al casette le pegabas con celo la cinta rota y la canción se quedaba con un saltito pero tú lo seguías escuchando.
Aún recuerdo con nostalgia esas tiendas de discos donde podías escuchar el disco antes de tomar una decisión.
Hoy día esto no tendría sentido, si sólo tienes que conectar tu móvil, poner YouTube y buscar, que el último grupo de parrandera caribeña del pueblo más remoto y perdido de Costa Rica estará en tu pantalla en menos de una fracción de segundo.
Pero antes… antes no era así.
Conocías la música en los bares, y le andabas preguntando al camarero qué sonaba. Y el camarero te lo decía, porque la música la ponía él y no la pinchaba en un pendrive.
Yo recuerdo al camarero del bar que vio pasar mi juventud con especial cariño, con ese muchacho aprendí toda la música que atesoré en aquellos años. Aprendí a cantar el Blue suede shoes de los Toy Dolls, supe qué eran y por qué cantaban esas cosas mis adorados Piskerra, Kortatu o los nunca olvidados Eskorbuto.
Pero he caído. Y ahora en vez del camarero, la música me la recomienda Spotify, que se ha fijado en que escucho The Cult y ya me recomienda lo que escuchan además otras personas que también escuchan The Cult. Por si me interesa. Consumirlo, claro.
Y tengo más música de la que escucho, y en vez de discos tengo discografías. Aunque el único disco que me mola de un grupo sea el tercero que sacaron y el resto de su discografía me resbale.
– Hola. Soy AnaMelm y padezco síndrome de download.
– Bienvenida AnaMelm. Te queremos AnaMelm.
Y eso.
Que me voy a comer este platazo de buey con peras de Martín Berasategui mientras me descargo lo último de alguien… y echo un vistazo a lo que habéis publicado el resto de mundo en #cookingthechef
Sal, pimienta
*Ha de ser una pastilla de caldo comercial y no un caldo casero, porque no necesitará tanto líquido para cocinarse, ya que lo vamos a hacer en olla exprés. Si vas a usar olla convencional, es mejor usar un buen caldo casero de huesos en lugar de la pastilla.
MODUS OPERANDI
Lo primero que haremos será preparar las peras.
Pelamos las peras con cuidado, respetando el rabito, y las ponemos en una olla junto con la canela. Las cubrimos con agua y las cocinamos a fuego medio durante 20 minutos. El agua no debe borbotear fuerte, para evitar que se rompan. En todo caso, yo he puesto una de más, que más vale prevenir.
Las podemos ir girando con cuidado y con ayuda de una cuchara para que se cocinen por igual.
Vamos con el guiso.
Pelamos y cortamos ajos, cebolla, zanahoria, apio y puerro, y reservamos. [En las fotos falta el ajo, porque no tenía y recurrí a un infame ajo en polvo que salvó la situación…]
En una olla [exprés o convencional, ahora hablamos de la diferencia] ponemos la cucharada de aceite a calentar. Salamos la carne, y cuando el aceite haya cogido temperatura, la añadimos y la doramos ligeramente, hasta que coja un poco de color.
Añadimos las verduras, damos un par de vueltas e incorporamos también la piel de naranja y el clavo de olor. Lo dejamos a fuego medio hasta que las verduras estén tiernas, unos 15 minutos aproximadamente.
Pasado este tiempo, las peras deberían estar ya cocidas, así que las retiramos del fuego y guardamos por separado peras escurridas, y caldo de la cocción. Retiramos la canela si la hemos puesto en rama.
Volvamos a la carne. Tenemos en la olla la carne con todas las verduras ya pochadas. Añadimos el vino blanco, el caldo de cocción de las peras y dos cucharadas generosas de salsa de tomate casera.
Si vamos a usar olla exprés, añadimos la pastilla de caldo, y agua [sólo si es necesario] hasta cubrir la carne a ras. Yo no necesité, con el vino y el líquido de cocción fue suficiente.
Cerramos la olla, y cocinamos el tiempo que nos marquen las instrucciones del fabricante [sí, ya lo sé… esto es como no decir nada, pero cada olla es diferente. La mía, como orientación, es una Magefesa moderna y necesita 25 minutos, pero insisto: mira las instrucciones de la tuya].
Si vamos a usar olla convencional, entonces añadiremos caldo de carne hasta cubrir dos o tres dedos por encima de la carne, porque va a evaporar mucho más durante la cocción. Tendremos un poco más de caldo a mano por si tenemos que añadir.
Lo dejamos que se cocine a fuego medio durante 2 horas y media, o hasta que la carne esté tierna [puede necesitar hasta 3 horas, según el corte y el tipo de pieza].
Una vez está hecha la carne, sólo nos queda retirar la salsa, triturarla y rectificar el punto de sal. Sólo si es necesario, la podemos reducir un poco al fuego. En este caso, podemos poner un colador sobre la olla, y colocar dentro las peras para que se calienten con el mismo vapor de la olla. Aunque el microondas también puede servirnos para este menester.
Para presentar el plato, pondremos una base de salsa, encima de ella un pera [previamente calentada], y la carne a un lado. Podemos partir la pera y descorazonarla para servirla, a mí personalmente me gustaba mucho la idea de servirla entera.
Bonus track:
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure