Bunbury – Las consecuencias (2010)

Tras la caída en picado y sin frenos de Hellville de Luxe, Bunbury regresó hace unas semanas con Las consecuencias, un disco que definió como el anverso de Hellville y el cierre de una trilogía que incluía a estos dos y El tiempo de las cerezas (impresionante encasillamiento que servidor no acaba de digerir).
Enrique ha realizado un ejercicio de contricción inusual en él últimamente: sólo diez canciones, con sonido es estructuralmente acústico (salvo Los habitantes y Es hora de hablar, descaradamente eléctricas) aunque con pinceladas orquestales remarcadas. El que esperaba un disco de guitarra y voz, iba listo…
Pero, con todo,Las consecuencias es la mejor colección de canciones del maño desde El viaje a ninguna parte (como poco). Con unos textos que rayan niveles propios de sus mejores años, se mueve a través de tan ritmos cadenciosos como evocadores que exploran los fantasmas de la pérdida, el abandono y la derrota. Magistrales Ella me dijo que no, De todo el mundo y Las consecuencias. Como punto ‘negativo’ (que los más fans quizá vean como virtud), es que Bunbury no canta, sentencia; imprime un tono excesivamente trascendente en la interpretación de unos temas que se sostienen solos, sin sobrecargar.
Pero, sin duda, la decepción del disco es la escasa aportación de Miren Iza. Se hablaba de que colaboraba en varios temas y sólo se la oye con claridad en Frente a frente, que he de reconocer que al principio me horrorizaba (por el videoclip, supongo) y, ahora, me gusta. El resto de sus apariciones se reducen a coros prácticamente imperceptibles (Lo que más te gustó de mí y Nunca se convence del todo a nadie de nada). Una lástima.
Puedes escucharlo en Spotify.