“Buried”(Enterrado): no apta para claustrofóbicos

Si Tarantino ya había conseguido sobrecogernos enterrando viva a  La Novia en Kill Bill durante unos minutos, decididamente, rodar un thriller, basándose exclusivamente en este aspecto, se me antoja, como mínimo, una propuesta arriesgada: ¿qué contar?; ¿cómo mantener el interés del espectador?; ¿cómo rodar en un espacio tan reducido?

El cuasi desconocido, hasta el momento, director ourensano Rodrigo Cortés, sólo tenía en su haber otra película Concursante, también con muy buenas críticas; y un cortometraje (habrá que echarles un vistazo) fue el  encargado de encarar un proyecto que llevaba un año acumulando polvo, sin que nadie se atreviese a plasmarlo en imágenes.

Con un reparto internacional, en inglés, pero rodada en Barcelona en sólo 17 días y con financiación española, narra la situación desesperada de Paul Conroy, contratista civil en Irak, cuando se despierta en encerrado en un ataúd y no sabe cómo, ni porqué. Poco más puedo aportar acerca del  argumento sin estropear la intriga de cómo el director consigue resolver una puesta en escena tan minimalista. Sólo deciros que pese a la precariedad de espacio en esta localización, los planos no se hacen repetitivos y en cuanto a la iluminación, juega con los diversos objetos que Paul tiene consigo en el ataúd, utilizándolos para romper la oscuridad y mostrarnos las partes que interesa que veamos en cada momento.

Ryan Reynolds apretadico

El filme explora nuestros miedos, fobias que van más allá de la racionalidad, y este es, en mi opinión, la gran virtud del filme. Si “Tiburón” de Spielberg provocó que no asustásemos hasta de meter un pie en la bañera, Buried, explora nuestro temor a los espacios cerrados. En verdad que lo consigue, no hace ni una mínima concesión a la relajación (sólo un plano sale de la caja y tampoco sale de ella, se hace con un motivo y no precisamente para aliviar la tensión, es en otro sentido, tendréis que verlo).

Si bien algunos aspectos del argumento parecen un poco cogidos con pinzas, el efecto del conjunto es muy bueno. El ritmo narrativo es excelente, algo complicado si pensamos en hora y media de un actor encerrado en una caja, todo ello culminado con un final dónde la angustia cada vez mayor que nos acompaña durante todo el filme alcanza el éxtasis.

Momento del rodaje

Ryan Reynolds, cuyo mejor papel hasta ahora lo había protagonizado el día de su boda con Scarlett Johansson , es el protagonista físico absoluto del largometraje y consigue, a través de una interpretación notabilísima (el rodaje fue extremamente duro: terminó con los dedos chamuscados y heridas en la espalda) que experimentemos a su lado la congoja y desesperación de una persona que se ve abocada a una situación tan extrema, todo al ritmo de su respiración, que nos induce a un estado de ansiedad cada vez mayor.

Puntuación: 3,7/5 MOURIPUNTS