Cuando subí esta foto en redes sociales el pasado fin de semana, recibí muchos mensajes privados preguntando por Burrito Blanco, si era la marca de cuando éramos pequeñas, si seguía existiendo o si tenía la misma calidad que siempre... Y sí, la respuesta es sí a las tres preguntas.
Burrito Blanco es esa marca que seguro que todas vuestras mamis y abuelas han tenido en casa desde antes de que naciéramos, pues está presente en los hogares familiares desde 1950. Ahora el burrito se ha rejuvenecido, con una nueva imagen, fresca y renovada, pero manteniendo su finalidad de siempre, que no es otra sino la de ofrecer un producto de alta calidad reconocible por su suavidad, comodidad y durabilidad. Y es que, no me digáis que no se nota cómo rascan las sábanas cuando no son buenas o cuando las compramos de oferta en un súper cualquiera!
Lo que más me ha gustado de Burrito Blanco es que ofrecen un producto de calidad, con precios al alcance de cualquiera y, sobre todo, un producto que transmite mimo, cariño, pasión por el cuidado del hogar y de la familia que vive en él. Y, además, es una empresa española.
Aunque son más reconocidos por sus productos para la cama ( sábanas, protectores de colchón, fundas nórdicas...) también ofrecen una infinidad de diferentes productos para el baño, la cocina, el comedor... ¡y hasta para la playa! Tienen unas toallas monísimas desde tan solo 15 € 😉 y también ofrecen un outlet con productos a precios fantásticos (más económicos que los de Ikea!)
Además, han tenido la generosidad de ofrecerme un descuento especial para mí y todos vosotros que leéis este blog, podéis utilizar el código ELLALOLLEVA052017 en vuestro proceso de compra para obtener un precio aún mejor.
Como veis, ha sido todo un descubrimiento reencontrarme con Burrito Blanco, una relación que espero que perdure durante mucho tiempo, porque este burrito enamora a cualquiera
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