Burundanga, un alcaloide al alcance de la mano

drogas-bebida Hace unos días apareció en la prensa digital [1 a 6] de diversos periódicos de tirada nacional que se había detectado el primer caso de sumisión química por burundanga documentado. La burundanga es una sustancia que pertenece al grupo de los compuestos depresores del sistema nervioso central (junto con el GHB (ácido gammahidroxibutírico), el alcohol o la ketamina, entre otros). Su dosis efectiva es de unos pocos microgramos. Pero sus efectos van un paso más allá de las drogas de violación. El efecto de aquellas se basa en una disminución del nivel de conciencia tan grande que la persona no recuerda (efecto amnesia) lo que ha sucedido bajo sus efectos (GHB por ejemplo). La burundunga además añade el efecto sobre la voluntad de las personas.

¿Qué es la burundanga?

fig. 1, estructura química de la escopolamina, también conocida como burundanga

La burundanga es el nombre común al que se conoce a un alcaloide, la escopolamina, de la familia de los alcaloides tropánicos que se encuentra en diversas plantas de la familia de las solanáceas, como el beleño blanco (Hyoscyamus albus), beleño negro (Hyoscyamus niger), la burladora (Datura stramonium ), la escopolia (Scopolia carniolica), la mandrágora (Mandragora autumnalis), el floripondio o brugmansia (Brugmansia candida), entre otras especies. Es una sustancia afín a la atropina (solo se diferencian en que la escopolamina tiene un puente oxígeno entre los carbonos 6 y 7 del anillo tropánico), que se encuentra en la belladona (Atropa belladonna).

El nombre de escopolamina le viene por ser uno de los alcaloides de la Scopolia carniolica, o escopolia. La escopolamina es una droga altamente tóxica y debe ser usada en dosis minúsculas. Al contar con el puente de oxígeno, atraviesa con mayor facilidad la barrera hematoencefálica que la atropina, por lo que sus efectos son mayores.

Y no es una droga nueva, ya que se aisló por vez primera en 1880 por el científico alemán Albert Ladenburg, siendo uno de los primeros alcaloides aislados de las plantas, pero seguramente ya se conocían sus efectos en la prehistoria.

Otro de los alcaloides que comparte una misma estructura (a diferencia del puente de oxígeno) es la atropina (su nombre le viene de la belladona (Atropa belladonna)), que en realidad es una mezcla racémica de dos enantiomeros, la L-hiosciamina y la D-hiosciamina, que como os podéis imaginar, deriva del nombre científico del beleño blanco (Hyoscyamus albus), planta en la que se encuentra, junto con la escopolamina, en cantidad apreciable. De los dos enantiomeros, solo la forma L tiene actividad antimuscarínica (la forma D apenas la tiene), por lo que cuando hablamos de hiosciamina nos referimos únicamente al enantiomero levógiro.

Por cierto, tanto el beleño negro (Hyoscyamus niger), el estramonio (Datura stramonium ), la escopolia (Scopolia carniolica) como la belladona (Atropa belladona) se encuentran entre las plantas listadas en la “ORDEN SCO/190/2004, de 28 de enero, por la que se establece la lista de plantas cuya venta al público queda prohibida o restringida por razón de su toxicidad”, por lo que no hay duda de son plantas muy peligrosas.

Vamos a ver algunas de estas especies

Mandragora autumnalis

Mandrágora (mandragora autumnalis)

La mandrágora, mandragora autumnalis, es una planta usada antaño como medicamento. Sus raíces han sido usadas durante la historia en rituales mágicos, ya que sus bifurcaciones tienen cierto parecido a una figura humana. Antiguos documentos describen a la mandrágora como una planta que: “adormece el primer día y vuelve loco el segundo”.

La Mandrágora es notable por la influencia que ejerció en Europa durante el medioevo. Los campesinos de aquellos tiempos le tenían horror porque creían que poseía ciertas características humanas. En los textos de magia se habla de ella con verdadero culto. Contribuyeron mucho a la celebridad de esta planta los charlatanes que vendían su raíz en altísimos precios, gracias a las cualidades que le atribuían y a las que el vulgo daba completo crédito.

Atropa belladona

Flor y hojas de belladona (Atropa belladona)

Antes del reconocimiento oficial de sus cualidades terapéuticas, la belladona, cuyo origen es europeo, estuvo vinculada a la brujería y a múltiples historias de envenenamientos célebres. Esta planta pertenece a la clásica farmacopea de las “hierbas de las brujas”.Se supone que la belladona fue empleada para envenenar a las tropas de Marco Antonio durante la guerra de Esparta, según la descripción que Plutarco hizo sobre los extraños efectos que siguen a su uso. Con la misma planta fue envenenado Claudio, el emperador romano. Fue utilizada en el antiguo Egipto como narcótico; en las orgías dionisíacas griegas como afrodisíaco, en las ofrendas romanas a Atenea, diosa de la guerra, para provocar el fulgor en la mirada de los soldados, en Siria para “alejar los pensamientos tristes”, y en tierras celtas y centroeuropeas para honrar a Bellona, diosa de la guerra. Se cree que su nombre deriva del uso doméstico que hacían de ella las damas romanas (donnas bellas), haciendo infusión con sus hojas para blanquear el cutis y aplicando el jugo de su fruto en los ojos para provocar dilatación de las pupilas (midriasis). [8]

Hyoscyamus albus

Beleño blanco (hyoscyamus albus) [7]

Luís Otero asegura en su libro “Las plantas alucinógenas“ que: “El beleño produce una sensación de gran ligereza, parece que uno pierde peso, sintiéndose tan ingrávido que uno acaba creyendo que se eleva por los aires, lo mismo que la bruja volando sobre su escoba. Así como la belladona provoca furia y violencia, no raramente acompañadas de carcajadas delirantes, el beleño es más tranquilo, y el intoxicado busca la calma e, incluso, trata de dormir.”

El beleño negro, Hyoscyamus niger, es conocido popularmente hierba loca. Los antiguos egipcios dejaron testimonio de sus conocimientos sobre el beleño negro en el Papiro de Ebers que data de unos 1500 años a.C. Homero describió algunas bebidas mágicas cuyos efectos parecen indicar que el beleño era su principal ingrediente. Desde tiempos muy remotos se conoce la propiedad del beleño para mitigar el dolor y se empleaba para aliviar los sufrimientos de los sentenciados a tortura y muerte, ya que tiene la ventaja de que no sólo alivia el dolor sino que induce a un estado de completa inconciencia. El uso del Estramonio en Europa se conoce desde la Antigüedad Clásica: Dioscórides en su De materia medica ya describe sus propiedades psicoactivas y su toxicidad si la dosis es alta.

Conclusiones

Mientras el cultivo del cannabis está penado en España, las plantas que producen la escopolamina (y otros alcaloides tropánicos) crecen de manera natural y otras veces se las cultiva en jardines. En la península ibérica, y en particular en la costa mediterránea, donde resido, es posible encontrar beleño blanco y negro, belladona, estramonio y mandrágora, y en algunos jardines, burladora. Todas son plantas muy tóxicas, con diferentes cantidades de alcaloides tropánicos (por ejemplo, el estramonio contiene de 0,2 a 0,7 % de estramonio, y la belladona de 0,3 a 0,4 % de atropina)

La mandrágora, el beleño, la belladona y el estramonio son sólo unas de las 2.500 especies de la familia solanáceas, a la que también pertenecen tomates, patatas, berenjenas, pimentones, tabaco y petunias, entre otros. Todos contienen alcaloides potentes que afectan el cuerpo humano. ¿Os acordáis de la entrada titulada “tomatina, el ataque de los tomates asesinos” en la que comenté que los tomates contienen un alcaloide, la tomatina, muy tóxico?.

Es importante enseñar a nuestros hijos que hay plantas como la mandrágora, el beleño o la belladona que son peligrosas: no se pueden tocar o comer para así evitar más de un susto.