Revista Cine

Buscando a Jack

Publicado el 16 mayo 2011 por Josep2010

Hay en la sociedad británica de la época victoriana, finales del siglo XIX, un cúmulo de circunstancias reales e inventadas que suscitan el interés y activan las neuronas apenas se mencionan a pesar de la acumulación de tópicos archiconocidos o quizás por ello mismo, no en vano pisar terreno conocido siempre es grato.
Sobre todo si uno va de la mano de un guía que sigue sobre el trillado terreno un camino nuevo que ofrece perspectivas inadvertidas aunque la verosimilitud sea una cualidad abandonada para abrir paso a la emoción.
Esto debió pensar Bob Clark cuando leyó el guión escrito por John Hopkins en colaboración con Elwyn Jones y John Lloyd que representa una vuelta de tuerca más a la imaginativa pseudo investigación llevada a cabo por el escritor Stephen Knight.
Buscando a Jack
He dejado adrede sin enlace al bueno de Knight porque debe su fama principalmente a un libro publicado en 1976 que presenta una trama que sería utilizada en diversas piezas posteriores y en primer lugar en la película que Bob Clark dirigió en 1978 Murder by Decree (Asesinato por Decreto) en la que se formula una fantasía obtenida combinando dos famosísimos personajes que vivieron en el Londres que permanece en nuestra memoria: Jack el Destripador y Sherlock Holmes y Watson.
La lógica interna del cinéfilo adicto a Holmes se relame de placer simplemente con el apunte de la intriga y creo que no debo extenderme porque cabe la posibilidad que alguien no haya visto todavía esta película y nada peor que chafar un misterio bien presentado.
Uno no puede olvidar la estupenda versión wilderiana que se presentó en sociedad en 1970 creando no poco debate en los círculos holmesianos y siempre tuve la sensación que esta película en buena parte fue una respuesta a las imaginativas veleidades del maestro, buscando una vuelta a la normalidad catedralicia de los caracteres creados por Arthur Conan Doyle, aprovechando el enorme tirón de popularidad que de forma indisoluble permanecía alrededor de la novela de Knight.
Porque viviendo en el entorno victoriano recreado por Knight hallamos a Sherlock holmes y a John Watson investigando en la forma habitual una serie de horripilantes crímenes con unas mutilaciones y escenas que exceden las prescripciones de Conan Doyle pero manteniendo la psicología tradicional de los caracteres de ambos detectives.
Buscando a JackEn buena parte esos dos mitológicos personajes hallan su representación óptima en un grado que en pocas películas se ha visto y ello se debe tanto a la efectividad del guión (acción y diálogos) como a la sorprendente idoneidad de dos intérpretes que en conjunto podrían considerarse como modelos de la ortodoxia:
El canadiense Christopher Plummer ofrece una versión canónica de Sherlock Holmes aunando tradición cinematográfica y literaria y mostrando gracias a sus contrastadas facultades una imagen de Holmes mucho más humana y cercana del tópico habitual que limita la rica personalidad de Sherlock a la precisa maquinaria deductiva que le otorga crédito y fama mundial.
El británico James Mason es quien a la más mínima ocasión se lleva el gato al agua robando limpiamente protagonismo en su superlativa composición del Dr. Watson, para este comentarista sin duda el mejor que ha visto en pantalla, y he visto bastantes: a pesar de su avanzada edad (70 años contra 50 de Plummer) Mason consigue dotar a Watson de una seriedad que en otras ocasiones cinematográficas apenas queda en estereotipo de mero comparsa de Holmes, cuando todos sabemos que sus conocimientos médicos y su valor son estimados por su amigo más allá de su falta de capacidad deductiva.
Bob Clark, ejerciendo de director pero también de productor, supo dotarse a sí mismo de un elenco fastuoso que puede observarse aquí en el que sin duda bastantes nombres resultarán conocidos: contar con intérpretes de primera fila para ocuparse de papeles secundarios fue una moda extendida en ciertas producciones en la década de los setenta y lo cierto es que ayuda no poco a que la ingeniosísima trama se desarrolle como un engranaje de precisión hasta llegar a un final que, en el momento de su estreno, causó sorpresa para quienes no habíamos tenido la oportunidad de leer (si no has visto la película no hagas click en el enlace que sigue) Jack the Ripper: The Final Solution.
Ahora, pasado tanto tiempo de su estreno, buena parte de la trama ha sido aprovechada por diferentes autores y puede que suene a "déja vu" pero conviene recordar que el estreno se lleva a cabo apenas tres años después de publicarse el libro.
De todas formas y aun conociendo el desenlace una revisión de esta película rodada de forma sólida y muy convincente en las más turbias callejuelas de un Londres prototípico lleno de niebla, carruajes ominosos, personajes embozados y prostitutas descuartizadas sigue siendo motivo de placer cinéfilo porque aparte de la gran representación de Plummer y Mason la trama se sigue con interés desde el primer minuto al último: Clark sabe mantener el ritmo de la acción de forma pausada pero imparable: basado en un guión muy bien escrito, el misterio es desarrollado por Clark ofreciendo los datos necesarios para que el espectador vaya percibiendo los vericuetos de la solución, huyendo de la trampa fácil y la especulación circense sin rechazar momentos de acción física en unos lugares recreados como es usual en una producción británica con casi tanto mimo como en el apartado del vestuario, aunque ciertamente algún añadido piloso está un pelín exagerado, o eso me pareció.
Hay quien asegura que estos Holmes y Watson son los mejores: para mí esa es una motivación añadida que me impele a darle un repasito, máxime cuando, por fin, uno puede disfrutar de la versión original subtitulada de una aventura que, seguramente, hubiera complacido y atemorizado a Sir Arthur Conan Doyle.
Tráiler


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