Revista Deportes

Bye bye. El fin de ciclo del fin del ciclo

Publicado el 28 junio 2016 por Davidmaldini @ConDdeDeporte

Que se veía venir era algo que olía desde kilómetros. Ayer llegó lo que nadie quería pero muchos sospechaban: la tempranera eliminación. Y con la derrota frente a Italia, España perdía además la oportunidad de hacer historia con su tercera Eurocopa consecutiva y certificaba, si es que no está certificado ya, el descenso de la Roja a un escalón inferior. Guste o no guste, ya no es referencia mundial.

Y no hay fin de ciclo. Quienes apuntan eso creo que han olvidado el batacazo que se metió la Selección en Río de Janeiro escenificado principalmente en aquel humillante 1-5 que encajó en su debut frente a Holanda. Tras aquel ridículo llegó Chile para rematarnos y bajarnos a todos de la nube (a la que por otra parte estábamos subidos todos de forma más que merecida). Pero es que, ciertamente, aquel 13 de junio de 2014 sí certificó que los años de gloria habían terminado.

España ha tenido una generación tan sumamente brillante que era, es y será casi irrepetible. Pero eso no significa que no se trabaje para lograrlo de nuevo. Y no se ha hecho… Xavi, Xabi Alonso y Villa hicieron las maletas (Puyol lo había dejado un poco antes) y tocaba empezar un ciclo de cambio que, por otra parte, primer error grave de Del Bosque, debió producirse antes de llegar a Brasil. A la dolorosa eliminación del Mundial le siguió otra derrota contra una grande como Francia en un amistoso y otra no menos sorprendente contra Eslovaquia en la fase de clasificación para la actual Eurocopa lo que suponía la cuarta derrota en seis partidos. Malo malo. Desde el Título en 2012 once jugadores habían debutado con España antes de Brasil 2014. Después de eso llegaron las prisas y hasta dieciséis jugadores estrenaron internacionalidad en sólo un año. Y a lo largo de 2016 hasta once jugadores más han debutado antes de Francia. Y al añadido de la revolución en el grupo a marchas forzadas hubo que añadir también la polémica de la presencia de algunos jugadores como Diego Costa o Casillas, que por rendimiento no estaban a la altura de las circunstancias y recordaban a errores pasados.

Y con todo esto, sonó el despertador y llegó la Eurocopa. Como es habitual en estos casos, el seleccionador que todos llevamos dentro nos decía una cosa y…Del Bosque tenía otras ideas y llegaron algunas sorpresas dejando a Isco y a Saul fuera y metiendo a Cesc y Pedro cuyo rendimiento ha sido bastante pobre a lo largo de la temporada. Siguió insistiendo en Bartra, jugador casi inédito en el Barça, certificó que Mata ya no entra en sus planes y dejó fuera también a Alcácer (aunque la explosión goleadora de Morata ha salvado la papeleta en ataque).

Escándalos con Torbe al margen, la Selección comenzó bien contra la República Checa. Costó una barbaridad abrir la lata pero las cosas funcionaron. Nolito de titular se mostró como una opción real, Iniesta estuvo imperial y el gol de Pique sirvió de bálsamo en su relación con la afición. Y con Turquia se rozó el clímax. Goleada en un torneo escaso de dianas y Morata se destapó por fin como el nueve que necesitaba España. Todo iba bien pero ¡ay!, llegó Croacia…

Los croatas no eran ni Turquia ni la República Checa. Eran un equipo competitivo. Y se notó en su concepción táctica. Se acabó subir el balón jugado desde atrás. La presión adelantada hizo sufrir a la Selección y, pese a que Morata ponía a España por delante, un gol antes del descanso metió el miedo en el cuerpo y la segunda parte mantuvo las malas sensaciones que se volvieron pésimas con el gol de Perisic casi al final. El equipo estaba reventado físicamente y la derrota acababa de meter a la Roja en la ruta de la muerte hacia la final. De haber tenido enfrente en octavos a una desdibujada Portugal y un cuadro relativamente sencillo, nos endosaron a Italia. Y se acabó….

Se acabó por muchos motivos. Se acabó porque después de tres partidos repitiendo alineación los síntomas de cansancio y falta de frescura eran evidentes. Del Bosque lo justificó en la unidad del grupo y en que el juego de toque genera menos desgaste pero la realidad es que desde Croacia se hizo palpable lo contrario. Tal vez fue el miedo a arriesgar. Quién sabe.

Se acabó porque España no tiene liderazgo, no tiene ansia de ganar. Se insiste en la Furia española pero sinceramente no aparece por ningún lado. La escasa capacidad motivadora de Del Bosque supone un lastre cuando el equipo necesita un plus extra que no puede obtener en el terreno técnico/táctico, y los capitanes y pesos del vestuario: Ramos, Cesc etc, no han aportado nada específico en ese aspecto.

Se acabó porque el tiki taka está trillado no, lo siguiente. No hace falta un curso de entrenador para encontrar las claves para contrarrestarlo. Desde hace dos años los resultados positivos frente a selecciones potentes han caído con cuentagotas. Saben a qué jugamos y saben lo que tienen que hacer. El tiki taka en su concepción actual ha caducado.

Se acabó porque no hay plan b cuando las cosas pintan feas. El baño táctico de Antonio Conte a Del Bosque fue tremendo y, como era de esperar, no hubo posibilidad de reacción. Italia nos comió.

Se acabó porque esta España se hunde cuando pintan bastos. La Selección fue contra Italia lo mismo que contra Chile en Brasil. Cuando encaja un revés no sólo no se sobrepone sino que baja aún más los brazos. Imperdonable para el nivel de esta Selección.

Se acabó porque la transición prometida no ha llegado. Thiago y Koke no terminan de liderar este proyecto y jugadores como Nolito necesitan más tiempo para asentarse. Había tiempo, sí, pero Del Bosque dejó que pasase demasiado.

En definitiva, hace mucho tiempo que la Selección necesita un proyecto nuevo, un proyecto sólido y, no menos importante, un sistema de juego nuevo o, por lo menos, distinto. La generación de 2008-2010 no volverá, y que no haya un recambio igual no es culpa de nadie. Simplemente fue una generación demasiado buena. Pero ya está, es pasado. Hace tiempo que es pasado. Y si España quiere optar a algo real en dos años, tiene que ponerse las pilas ya. El ciclo se cerró (si es que no lo estaba ya). Ya no somos vigentes campeones de nada. Toca inventar un nuevo proyecto, ilusionante y campeón. Siguiente parada: Rusia 2018.

DAVID ABELLÁN FERNÁNDEZ


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