Revista En Femenino

Cada persona es única, cada mamá también

Por Mamaconectada @mamaconectada

Hace poco más de 13 años un día fui mamá. Yo tenía 27 años y traía toda una historia conmigo. Virtudes, defectos, miedos, experiencias, historias, anhelos y deseos. En mi mente, en mi alma y en mi corazón tenía proyectado mi estilo de maternidad desde mucho antes de que llegara el preciado momento.

El primer embarazo fue como en los libros. Leí los de maternidad, me suscribí a newsletters, llamé mil veces al obstetra y a pediatras antes de que naciera mi bebé. Hasta que llegué al sanatorio creo que no tenía en claro cómo iba a ser cuando tuviera al bebé en mis brazos.

Cada persona es única, cada mamá también

Pero llegó. Ahí estaba él, su papá y yo. Mis miedos no se fueron por la ventana, y tampoco entraron superpoderes del mismo modo. Para nada. Las emociones me cubrieron por completo, los sentimientos se mezclaron toditos y entre risas y llantos, sonrisas y lagrimeo.

Tarde solo unos minutos en darme cuenta de que entre la teoría a la práctica había más que un trecho: había un abismo. Una cosa es lo que te dicen que tendrías que hacer y otra es lo que tienes que llevar adelante para que ese bebé tenga todo lo que necesita.

Muchos programas de televisión no ayudan. Yo sentía una presión increíble por hacer cosas que nunca antes había hecho y me tenían que salir de diez. Me hubiese servido escuchar a mujeres reales, con problemas reales y en especial con soluciones simples y sin tanta culpa.

El principio del cambio

De a poco me fui dando cuenta de que para que mi pequeño estuviese tranquilo y feliz, la primera que tenía que estarlo era yo. Fui descubriendo que ninguna teoría es perfecta ni aplica para todas las mamás, ni para todos los hijos, ni para todos los momentos de tu vida.

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