Calamidades lectoras

Se me ha muerto el libro electrónico. Y vengo aquí a vomitarlo todo. 
Mi chisme para leer. Mi tesoro.
Sufro mucho. 
#sufrocomogeno

Bueno, que morirse del todo, no. Pero se ha peleado con el ordenador y no hay forma de que se reconcilien. Ergo, no puedo meterle libros nuevos. Ergo, he tenido que formatear todo -en un intento desesperado de solucionarlo- y ahora no tengo nada, ni libros, ni chisme para leer ni nada. Na-da. 
El culmen de la desespereision genoística ha sido bajar a los chinos a por una nueva tarjeta de memoria para el chisme. Tarjeta nueva que, siguiendo la senda marcada hoy por mi karma, no funciona. Claro. Y mañana domingo. Y yo así. Sufriendo mucho. 

El único consuelo que me queda es que el chisme para leer, escogidito él, ha decidido que sólo funciona con la tarjeta de mi cámara de fotos, la buena. De marca y eso. Que también es reconocida sin problemas por el ordenador. Me han salido pijos, los aparatos, fíjate tú. Pero, claro, sólo tengo una tarjeta de esas características y no puedo quitársela a la cámara así como así. Primero, que mañana la necesito. Segundo, que el chisme está en plan destroyer, así que lo mismo se ventila también esa tarjeta y ya a ver qué hago. 
El harakiri, me hago. El harakiri. 
En fin, así que, amiguitos, mi apasionante vida se completará el lunes con una visita a mis vecinos los chinos a ver si me devuelven el dinero de la tarjeta -que va a ser que no- y con ir al 'mierdamark' a por una tarjetita de marca. Que espero luego funcione en mi chisme para leer porque si no me voy a enfadar mucho. 
Nada, os dejo. Sigo con mi sufrir.