Revista Cocina

Caldereta de chivo lechal malagueño

Por Carmenrosa @MicocinaCR

CALDERETA DE CHIVO LECHAL MALAGUEÑOCaminan lento, cogidos de la mano, él al compás de su viejo bastón, ella pendiente de cada paso de su marido, mirándole con dulzura; me los cruzo casi todos los días: Buenos días y me contestan: Vaya Vd.con Dios.No hace mucho, me pararon, preguntándome si mi marido es de ARDALES, como ellos, e interesándose si es familia del Director del Patrimonio de Guadalteba, Pedro Cantalejo Duarte, querido, admirado y famoso arqueólogo, al igual que su esposa Maria quienes dirigen el fantástico MUSEO DE ARQUEOLOGIA E HISTORIA en tan precioso pueblo, cuna de la humanidad, en la provincia malagueña.   Charlamos y me conmovieron, emocionándome con su historia, con detalles de sus vivencias, que me fueron contando con sencillez, humildad y la tranquilidad que dan los años, grabados en sus rostros, perfilados por el sol, el frio y quizás la vejez, pero sin perder un ápice sus dulces sonrisas. José toda su vida fue pastor, su rebaños pastaban por las sierras y los campos malagueños, comiendo hierba y bellotas, entre pinos, encinas, alcornoques y quejigos..y era allí, en esos parajes donde se encontraba con Pedro haciendo sus trabajos de arqueología….Y me amplió Pedro la historia de José, el pastor malagueño:Sería el año 87, encontramos una tumba prehistórica cerca del pantano del Guadalhorce, en la zona de Morenito y tras conseguir los permisos, iniciamos la excavación. Cuando nos vió excavar se me acercó y me dijo: Pedro, no excave usted ahí que esa es la tumba de un borrico que se ahogó cuando la Guerra. Le dijimos todo el equipo arqueológico que eso era una tumba de la Edad del Bronce y, aunque estaba tapada, o sea intacta, él insistía.  El día que con una retroexcavadora quitamos las grandes losas de las cubiertas para entrar en la cámara y él vió que aquello no era la tumba de un borrico nos “hartamos” de reir con él y me dijo "esto no lo olvido yo nunca". Total. La historia con letra pequeña y corazón grande.Emotiva historia de un pastor, que me recuerda una vez más a mi padre, quien en su más tierna infancia, con escasos diez añitos cuidaba una piara de cabras; él también me contaba sus historias, enseñaba a mi hijo como hacía su tirachinas y su zurrón de esparto….En la provincia malagueña, aún hoy en día, es fácil disfrutar de los productos de la cabra malagueña, primera raza caprina en España con “marca” de calidad.Aunque es curioso el hecho de que no en todas las carnicerías podemos encontrar los malagueños la deliciosa carne del chivo lechal malagueño, aunque existe la posibilidad de pedirlo a la Asociación Cabrama. (Asociación malagueña de criadores de la cabra malagueña).Yo tengo la suerte de que mi suegro me la trae del campo….una carne con un aroma suave y agradable, muy tierna y sabrosa, nada pesada, de un color rosa pálido que no presenta el característico olor fuerte de los ejemplares adultos; alimentado exclusivamente con leche materna, de gran calidad…
En ésta ocasión, la preparé en la “finquita” de la familia de mi marido, me dieron la carne ya cortada en trozos muy pequeñitos, tal y como les pedí que la cortaran para preparar una caldereta (si quieren prepararla así, se la pueden pedir al carnicero), hecha con fuego de leña donde eché también algunas ramas de tomillo fresco. Generalmente en Mi Cocina, la paletilla la suelo preparar en el horno....Paletilla de chivo lechal malagueño al horno
CALDERETA DE CHIVO LECHAL MALAGUEÑO
Tienen, por favor, que perdonar la foto con la que presento el plato, pero siguiendo la costumbre del campo se presentó el caldero en la mesa…..tal cual lo pueden ver.¿Cómo la hice? En una sartén echar aceite de oliva virgen extra ( en ésta ocasión se usó aceite de Ardales), una vez caliente echar un buen puñado de dientes de ajo, enteros con la piel (así no se quemará la carne de los ajos) y la carne del chivo. Agregar tomillo y romero frescos, un puñadito de granos de pimienta negra, unos cuantos clavos de olor, dos o tres hojas de laurel y salar al gusto. Ir removiendo de forma que la carne esté bien dorada por todos lados. Agregar entonces dos vasos de vino blanco (usé un fino Montilla Moriles) y dos vasos de agua, dejándolo cocinar durante una hora aproximadamente. Mientras en aceite de oliva virgen extra, freir patatas (dándoles la forma de dados) con cuidado de que no se quemen, pero que queden doraditas.   Sacar y reservar.   Una vez que la caldereta haya reducido el caldo, agregar las patatas y remover todo el conjunto. ¡¡ Buen provecho !!Y recuerden mi consejo: Disfruten de Málaga, de su gastronomía….de sus paisajes otoñales (Rutas de montaña y senderismo en Málaga)…, visiten Ardales, su Museo, su famosa Cueva con pinturas rupestres, sus calles, pero sin olvidar el mar, siempre la mar.

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