Revista Cocina

Calendario de Adviento. Día 18. Estilismo culinario de remolachas

Por Soniaif

Esta es una de las comparativas de estilismo culinario más tontas que he hecho en mi vida. Será por eso, que no os la podéis perder…

Día 18

No sé la razón, pero a veces me da por hacer comparativas de muy diversas cosas.

Desde luego, no será porque me sobre el tiempo. Supongo que guarda más relación con mi inagotable curiosidad por saber exactamente como reacciona la luz con cada pequeño y diferente detalle en una fotografía.

La última comparativa tiene que ver con la manera en la que afecta rociar con una botellita de spray rellena de agua, la superficie de algunas verduras, cuando estamos cumpliendo con la bonita tarea de realizar el estilismo culinario de las mismas (!!!!!!) ¡Lo sé! A partir de ahora empezaréis a mirarme con más compasión…

Pero también estoy segura de que no soy la única chiflada del lugar, ni la sola persona que lea el blog totalmente obsesionada con la luz, así que para aquellos tan interesados en el tema como yo, ahí va la siguiente comparativa:

Estilismo culinario spray agua

 

Estas tres fotografías no son la misma imagen. Si corresponden a la misma composición, al mismo esquema de luz, a los mismos datos exif (100 ISO, f5.6, 1/4 seg, 85mm), y a los mismos ajustes en Lightroom. La única diferencia es la cantidad de agua con la que he vaporizado, con una pequeña botella destinada a tal efecto, la superficie de las remolachas. Ese es todo el estilismo culinario que se me ha ocurrido hacer (además de luchar con los rabitos de las condenadas, que tomaban el camino que les daba la gana).

En la primera imagen, no hay ni gota de agua. Como podéis comprobar la superficie de las mismas se ve mucho más rugosa y texturizada, ya que el contraste de luz es mayor, y los pelitos de las remolachas, al estar secos se ven claros, lo que hace que tengan ese aspecto de pelín cochinas y recién sacadas de la tierra.

En la segunda imagen, he vaporizado, de lejos y ligeramente, algo de agua sobre su superficie. Fijaos como la textura de las remolachas parece mucho más nacarada que la anterior, y se ven bastante más esféricas por el efecto que produce la luz sobre la superficie con infinitas gotitas de agua.

En la tercera imagen, he entrado “a saco”. He acercado el vaporizador, y directamente he duchado las remolachas. Por supuesto aumenta demasiado el contraste de la luz en la superficie, porque el agua recoge la luz y la refleja en forma de luces demasiado altas. No me gusta.

De lo que se deduce que dependiendo del resultado más suave, o más rústico que queráis obtener, podéis vaporizar o no algo de agua sobre frutas y verduras para un estilismo culinario diferente. Pero que definitivamente, y a no ser que lo estéis buscando, el look “me acaban de bañar” no queda bonito ni en la foto, ni en las remolachas.

Finalmente escogí la segunda fotografía, precisamente por ese aspecto nacarado que me ha encantado. Después de editarla en Lightroom y pasarla un poquito por Photoshop, éste ha sido el resultado.

Remolachas

 

Por cierto, como fondo he utilizado la bandeja del horno. Estaba cochambrosa, sí, pero fijaos que bonita textura ha resultado de fondo…

Ya lo sabéis: no perdáis el tiempo en estas cosas. A las comparativas tontas, ya me dedico yo…


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