Revista Cultura y Ocio

Calígula

Por Joaquintoledo

Lo vergonzoso no acababa allí, pues cuentan también los relatos que luego de la muerte de su  hermana, las mujeres eran algo cotidiano en su lecho, y no fue solo eso, sino que también se rumoreó de las extrañas relaciones que mantenía con algunos  de su amigos  o nobles que marchaban a sus reuniones con sus respectivas mujeres, agraviándolas e insultándolas, mientras los maridos oían impotentes. Actos bochornosos sin duda alguna. Y es que no era sólo un misántropo, indiferente, era un misántropo de tipo de agresivo. Nadie osaba ponerse en su contra o su cabeza rodaría. Se dice que en las mismas fiestas, en una ocasión, echó a reír y todos temerosos por dentro pero con una sonrisa en el rostro preguntaron qué era lo que le causaba risa al emperador, a lo que éste respondió: “bastaría sólo una orden para cortarles la cabeza a todos respondió”.
Se dice que en otra ocasión quiso romper la creencia de un viejo astrólogo que había predicho que jamás sería emperador así como no caminar sobre el golfo de Nápoles. Lo primero estaba hecho, y lo segundo fue fácil de hacer. Construyó una estación balnearia de Baies a Puteoli con tal fin. Así con un puente de barcos empezó su proeza según se dice vistiendo la armadura de Alejandro Magno. Al final del ridículo apto, al cual lo acompañó  su guardia personal ida y vuelta, celebró grandes fiestas. Como estaba ebrio, para cerrar con broche de oro la celebración, ordenó que casi todos los invitados fuesen arrojados al mar. Pronto empezaron a surgir planes para sepultar a este demente, pero los pretorianos siempre estaban cerca de él. Al final el tirano fue muerto en su palacio ante la presión popular, y fueron los mismos oficiales de guardia…sino, ¿quién más podía salvar a Roma? Al parecer fue moderadamente llorado, especialmente por las clases bajas, pues siempre los entretenía en el anfiteatro y el hipódromo. Su reinado duró hasta el 41 d.n.e., casi cuatro años.
Empero no todo fue malo. Hizo un registro de gastos, bastante incrementados pro cierto, brindó ayuda social a los más pobres en su debido momento, impulsó el deporte, y otras actividades sanas. Y esto se lo hubiese ahorrado, si es que no habría despilfarrado el dinero de la caja fiscal desembocando en una crisis económica alrededor del 39 d.n.e. Así fue cómo  se generaron impuestos por doquier, hasta en los prostíbulos, o se llegó a pedir limosnas durante los juegos en el Coliseo. Durante su corto período como emperador, llegó también a ampliar algunos puertos como el de Regium, pero aun más el de Sicilia, que permitió traer ansiadas recursos desde aquí y desde el lejano Egipto. Esto, empero, también fue una consecuencia de la hambruna en la cayó Roma debido a los gastos suntuarios que este emperador llevo a cabo. También impulsó una remodelación y término de algunos edificios tales como el Templo de Augusto y el Teatro de Pompeyo.

Tal vez, la construcción del anfiteatro y aún más el transporte del obelisco desde Egipto a la lejana Roma hoy en día en Ciudad del Vaticano este último, sea lo que más se conserva de su gobierno. También construyó caminos y carreteras y se decía que tenía en mente proyectos tan llamativos como su personalidad, como una ciudad en la cima de los Alpes o un canal a través del Istmo de Corinto. A propósito en el Lago de Nemi se encontraron también restos de dos de sus más importantes proyectos que no pudieron ser terminados: dos barcos gigantescos, los más grandes que conozca el mundo antiguo, uno dedicado a Diana y otro iba a ser el palacio flotante de Calígula.
En cuanto a lo militar tenemos la anexión del reino siervo de Mauritania cuya administración quedó totalmente adherida a Roma bajo el gobierno de Claudio. Se fueron haciendo los preparativos para emprender la campaña contra Britania, que había sido empezaba por Julio César. Por otra parte también tenemos la parte oriental de Roma donde el rey Herodes Agripa ayudó a mantener calmadas las provincias más alejadas de la metrópoli, con lo cual se ganó la buena gana del emperador. Pero luego estallaron grandes protestas en Palestina, pues los judíos se negaron a alabar al emperador, también hubo trifulcas similares en Egipto. Ya por entonces se había empezado a oír también de un nuevo peligro: el cristianismo.


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